Todo empezó con el Sombrero Seleccionador

Treinta y seis

—Felicidades, Der. Estoy tan orgulloso de ti —murmuró Stiles mientras sujetaba las mejillas de Derek con ambas manos y le miraba, luego le dio un beso.

Derek había pasado todos sus Éxtasis con Extraordinario, había sido el puntaje más alto de toda su casa, y de séptimo año en general. Los aurores estaban más que satisfechos con las pruebas y resultados de Derek, así que le habían dado su oportunidad para hacer la prueba en la Oficina de Aurores.

—Gracias —el lobo sonrió —. Estoy muy feliz. Me han reducido los tres años de prueba a sólo dos años.

—Eso es increíble. Te dije que lo lograrías —dijo con suficiencia Stilinski. Derek arqueó una ceja.

—¿Tú? ¿Enserio? Tú fuiste el que me dijo que hablarías con tu padre para que me pongan fáciles las cosas.

—¿Yo? ¡Jamás! No sé de qué hablas, Hale, porque yo nunca haría trampa —el lobo rodó los ojos con una sonrisita.

Miró al chico frente a él. Era tiempo de decirle que era su compañero. Pero tenia miedo de cómo se lo tomaría Stiles. Y John, sobre todo John Stilinski. Suspiró con pesadez, a lo que Stiles le miró extrañado.

—¿Qué sucede? —dijo el león con el ceño fruncido. El lobo sacudió la cabeza.

—Nada, sólo estoy cansado. He terminado los Éxtasis, pero todavía tengo que hacer las pruebas con tu padre, y eso me pone de los nervios —su compañero se acercó a él y lo abrazó para darle consuelo.

—No te agobies, Derek. Todo irá bien y serás el mejor de los aurores. Después de mi padre, claro.

—Vale. Te amo, gracias.

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—Jaaaack —alargó Stiles la a.

—Stiiiles —respondió Jackson de igual manera.

—Te quieroooo —dijo Stilinski.

—Yo iguaaaaal —los presentes rodaron los ojos ante el dramatismo de sus dos amigos. Se dirigían en tren a la estación de King's Cross. Todos en un sólo vagón. Todos.

Stiles en las piernas de Derek, Allison en las de Scott, Erika en las Boyd, Lydia en las de Cora y Danny, Isaac y Jackson en el suelo del vagón.

Estaban a punto de llegar, eran más o menos las siete y el cielo de Inglaterra ya estaba oscuro. En el ambiente se sentía la tristeza de abandonar a sus amigos de nuevo, por eso el dramatismo de los nuevos amigos.

Stiles se distraía con Jackson para no pensar en el hecho de que vería muy poco a Derek en estas vacaciones. Quiso llorar al recordarlo.

Quería estar con Derek, le dolía no estar con él.

—¿Quieren ir a cenar? Cuando lleguemos a Londres, obviamente —propusó Danny. Todos los amigos inmediatamente respondieron que sí,  al no querer dejar de estar juntos.

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Entraron al restaurante gracias a Jackson y su dinero. Les dieron la mesa más grande del lugar y comenzaron a ordenar. Tres horas después, salían del local con los estómagos llenos. Uno a uno, se comenzaron a despedir con tristeza y pesar.

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No pudo evitar alegrarse cuando vio entrar a Jackson por su puerta. Con Isaac. Tomados de las manos.

Sorprendido, Stiles terminó de bajar las escaleras antes de darle un abrazo a Jackson y a Isaac.

—¿Por qué ustedes dos no me habían dicho que oficialmente ya están juntos? —preguntó Stiles.