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Llegó el día siguiente y si os digo la verdad, no hicimos nada más que darnos besos y abrazos, necesitaba estar tranquila y disfrutar del poco tiempo que me quedaba para pasar con él.

Pett me llevo a casa y durante el camino no dijimos una palabra, llegamos a mi casa y subió conmigo, quería ayudarme ha hacer las maletas. Agradecía mucho que estuviera conmigo en estos momentos.

Cogí mi ropa del armario sin ganas y la fui metiendo en cajas de mudanza, Petter me ayudó mientras hacia alguna que otra broma para hacerme reír. En algún momento conseguía sacar mi sonrisa.

-Espera que te ayudo, pequeña.- dijo riendo mientras veía que no llegaba a coger una cosa de la parte alta del armario.

-Petter, te tengo dicho que no me llames así.- le dije sonriendo mientras le lanzaba un cojín a la cara.

-Uy, ¿a la pequeña Soffy le apetece tener una guerra de almohadas antes de irse?- preguntó Petter sonriendo mientras se acercaba a mi para devolverme el cojín.

Petter me cogió para luego besarme y dejarnos caer a los dos en la cama, para luego empezar a hacerme cosquillas.

-Pett, te mataré ¡para por dios para!- gritaba yo a carcajadas.

-Di que soy el mejor novio del mundo y el más pivón y pararé- dijo siendo egocéntrico.

-Baja modesto que sube Petter.-dije en voz alta sin dejar de reír.

-Pues aquí estaré haciéndote cosquillas toda mi vida.- dijo sin romper su promesa.

-Vale vale, para. ¡Lo diré!- dije riendo

-Así me gusta, pequeñita mía. Y ahora quiero escucharlo.-dijo mirándome a los ojos.

-Pero mira que eres egocéntrico.- rodé los ojos

-Sigo sin escuchar lo que quiero escuchar...-dijo acercándose para seguir haciéndome cosquillas.

-Eres el mejor novio del mundo y eres feo.-dije riendo.

-Así no era, pequeña.-dijo volviendo con las cosquillas.-Dilo.-insistió.

-Eres el mejor novio del mundo y el más...-pausé antes de decir lo último.- ¿pivón?- finalicé con ironía.

-Me sirve.-dijo no del todo convencido.- Pero espero que último sea real y no una ironía o te mataré a cosquillas.- me abrazó tiernamente.

-Tenemos que continuar.- dije devolviéndole el abrazo y depositando un pequeño beso en sus labios.

Pasaron dos horas y ya tenía todo mi cuarto en cajas, nos íbamos esta misma noche al nuevo apartamento. No tenía ganas, ahora estaba muy bien con Petter y no quería decirle adiós.

-Pett, tengo miedo.- dije triste.

-¿De qué, Soffy?- preguntó preocupado.

-Cuando me vaya todo habrá acabo y no nos volveremos a ver hasta no se cuando.- dije  sin ganas de nada.

- Soffy, tenemos Skype, tengo coche, son sólo tres horas y puedo ir a verte de vez en cuando. También puedo solicitar la universidad cerca tuya, así ya no habrá tanta distancia.- dijo intentando animarme.

-Prométemelo.- dije seria

-Te lo prometo- dijo seguro.

Finalmente nos abrazamos, esto era una despedida definitivamente y no me apetecía nada.

JUNTO A TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora