18

63.4K 2.6K 160
                                    

Pasaron varios días después del incidente con Stephan y todavía no sabía como decírselo a James sin tener que aguantar una de sus charlas diciéndome lo tonta que había sido por caer en su juego.

Sabía perfectamente que la había cagado pero en aquel momento me dejé llevar y no iba a volver a ponérselo tan fácil. Él me atraía  pero tenía que demostrarle que era mucho más fuerte que él.

Hoy era sábado así que quede con James en la cafetería de al lado de mi casa para tomar algo y hablar. No sabía si contarle lo que había pasado pero si no lo hacia se acabaría enterando por otras personas y prefería hacerlo yo.

Estuvimos toda la tarde hablando y riéndonos de cosas que nos habían pasado cuando eramos pequeños. No le pareció muy bien lo que había pasado el día anterior pero me dijo que me apoyaría en lo que sucediese. Lo agradecí, lo que menos necesitaba es que alguien me dijera que lo estaba haciendo mal, porque realmente me gustó.

Bueno como no tenía nada que hacer decidí irme a la ducha y prepararme para ver a James.

Puse Twenty One Pilots a todo volumen y me metí dentro de la ducha, pasado veinte minutos salí, me vestí con unos pantalones negros de pitillo y un suéter ancho con un estampado del grupo de Kizz.  Soy muy friki y no me avergüenzo de ello.

Una vez vestida me sequé el pelo y baje a ver la televisión al salón para hacer tiempo mientras James llegaba a por mi.

*Suena el timbre*


-Yo voy mamá.- abrí la puerta y vi a James esperándome con una gran sonrisa.

- Soffy, pequeña renacuaja del demonio.- dijo James con una sonrisa mientras yo le daba un toque en el hombro por lo dicho.

-James, muñeco diabólico del circo de payasos.- contesté riéndome por mi venganza.

- ¿Vamos?, ¿a pie o en coche?.- dijo James.

-James, está aquí al lado, no seas vago por el amor de un cerdo naranja y con tutú de lentejuelas.- dije riéndome.

- Pobre cerdo. ¿Que te habrá hecho?,  anda vamos antes de que mentas más animales en esto.- dijo riendo conmigo.

Llegamos a la cafetería que estaba a dos calles de mi casa.

Ambos pedimos un refresco y algo de picar mientras hablábamos.

-James, tengo que hacerte una pregunta.- dije bebiendo un sorbo de mi copa.

-Soy todo oídos, dime.- dijo conteniendo su sonrisa.

-¿Eres homosexual?-dije muy seria.

-Soffy, me gustan las chicas más que a un niño un caramelo, pero tranquila que no me gustas tú.- dijo riendo.

-Eso quiere decir que soy fea para ti.- continué riendo.

-No, eso quiere decir que me gusta otra chica.-dijo pegando otro sorbo a su copa.

-¿Quién es la afortunada?- pregunté sonriendo sin quitar mi mirada de sus ojos. Se notaba que se estaba poniendo nervioso.

-Ya te la presentaré.

-Ya no seré la niña de tus ojos.- dije dramática y fingiendo que me iba a poner a llorar.

-Eres idiota y me caes muy bien, eres como mi hermana pequeña. No me gustaría que nadie te hiciera daño.- contestó muy tierno.

-Tú eres como mi hermano mayor, te quiero mucho James.- dije abrazándole.

-Soffy, esta noche hay una fiesta en un bar, suelen ir los del instituto y hay buena música ¿te quieres venir?.-preguntó dudoso.

-¿Estará tu futura mujer?

-Sí- dijo vergonzoso.

-Entonces iré, debo darte mi consentimiento.

Después de aquella conversación que duró toda la tarde James me acompañó a casa para que me arreglase e irnos a la fiesta. 

Me apetecía pasármelo bien y también iba a conocer a la chica que volvía loco a mi mejor amigo.




JUNTO A TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora