-A la cuenta de tres, subes a mis piernas ¿Vale chiquilla?- escuché lejos.
-Otra vez hablando solo ¿No te cansas Cristen...? ¿¡Quién es ella!? ¡Oh no! Dime que no lo hiciste de nuevo, dime que no está sucediendo otra vez ¡Dilo! ¡Por favor!
Abrí los ojos y pude ver a una mujer de piel morena con expresión de horror por lo que sucedía. Está regañando a un joven de... ¡Oh, que energía tan rara producía!
Quizá sea el hijo, también es moreno de ojos negros brillantes, es igual que ella.
Es una habitación extraña. Bueno, no se si es una habitación. Parece mas bien un, no sé, algún viejo y sucio lugar abandonado recién encontrado.
Justo cuando los miré juntos voltearon, como si se pusieran de acuerdo, al mismo tiempo para verme.
-Donde est... ¡Ahhhh!- grité de dolor. Mi estomago. Por Nedgty, ¿que sucedía? ¿En donde estaba y porqué dolía tanto?- Don...¡Ahhhh!
-Shhhh, será mejor que no hables Altaira, dolerá menos.
-¡Espera! ¿Cómo sabes mi nombre? ¿Quién eres?- dije. El dolor mitigaba y podía moverme un poco más.
Él suspiró como si volviera a cometer un error.
-Lo siento mucho. Dolerá, de nuevo.- Dijo con cara apenada.
-¿Dolerá? ¿Qué?- Tarde. Golpeó mi estomago tan fuerte que no puedo siquiera gritar. En lugar de abrir los ojos, los cerré y caí profundamente dormida.
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Mi estomago duele demasiado. No, no sólo mi estomago. Cada vez que quiero abrir los ojos es como si los tuviera cocidos. ¿Y si quizá intento hablar?... No, tampoco funciona. No consigo producir sonido alguno. Luego de unos momentos empiezo asentir menos pesados los parpados, el dolor en mi estomago desaparece y al parecer ya puedo emitir sonidos. Me doy cuenta de ésto último ya que ahogo un pequeño grito por una punzada de dolor en mi pecho. Empiezo a abrir mas los ojos y vuelvo a ver a aquel chico.
-No te preocupes, es normal.- Dijo el chico.
-¿Qué?- Me sobresalté.
-El dolor en tu pecho- dijo mientras se acercaba a mi- el que sientes justo acá- y tocó donde me dolió hace un rato- desaparece pronto.
Retiró la mano y se disculpó torpemente. Mientras que yo no podía articular palabra alguna, el se sentó justo al lado de mis pies.
-¿En donde estamos?- dije.
-En una de las montañas Eremurus.- Contestó al instante.
¿Eremurus? ¿Qué? Nunca las había escuchado.
Como ya me sentía un poco mejor, decidí levantarme. Al levantarme advertí que no había absolutamente nada en el lugar en que había estado acostada. Sorprendida, me agaché y toqué el lugar, mi mano quedó suspendida en el aire. El muchacho se incorporó de inmediato mientras se quejaba de dolor.
-¿En que momento te levantaste? No importa- dijo al mismo tiempo que extendía una de sus manos y con su dedo indice señalaba en donde estuve acostada. Hizo círculos con el dedo y una chispa dorada flotó en el aire, dio vuelta a mi cuerpo y se instaló en el pecho de él. Ni siquiera se inmutó al momento de ello. Me incorporé y retrocedí.
No entiendo nada. Primero tengo que averiguar en que lugar estoy y por qué estoy aquí. No sé quien es él ni la señora que recuerdo haber visto aquí mismo. Tampoco sé que sucedió con mi madre. No se que sucede.
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DATO IMPORTANTE.
EREMURUS ES UNA FLOR. ÉSTA FLORECE ENTRE JUNIO- MAYO. ♥
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Crónicas de una niña bruja.
Teen FictionAltaira Sawot descubrirá el propósito de todas las cosas que sabe. Tendrá que ser quien salve a quien mas ama y descubrir las partes mas oscuras de sus raíces.