Lo interrumpe un sonido en el otro extremo del aula. Alguien que ha llegado tarde y ha dejado caer un libro y luego, al recogerlo, ha empujado las demás cosas que tenía en el pupitre y ha caído todo al suelo. Hay carcajadas, puesto que estamos en el instituto lo que significa que somos predecibles y que casi todo nos parece gracioso, sobre todo cuando se trata de la humillación pública al otro. La chica que ha tirado todo al suelo es Jessie Johnson, la misma Jessie Johnson del campanario. Se pone colorada como un tomate y adivino que querría morirse. No saltando desde esa gran altura, sino más bien al estilo de aquello de «tierra, trágame».
Conozco ese sentimiento mejor aún de lo que pueda conocer a mi madre, a mis hermanas o a Charlie Donahue.
Este sentimiento y yo llevamos toda la vida juntos. Como cuando sufrí una confusión durante un partido de Kickball justo delante de Suze Haines, o cuando me reí tanto que me salió disparada una cosa de la nariz y fue a pasar sobre Gabe Romero, o durante la totalidad del último curso.Y por lo tanto, porque estoy acostumbrado a ello y porque la tal Jessie está a punto de echarse a llorar, tiro también uno de mis libros al suelo. Las miradas se vuelven hacia mí. Me agacho para recogerlo y, a propósito, envío por los aires todos los demás. —que rebotan como boomerangs contra la pared, las ventanas y cabezas— y, por su eso no fuera suficiente, inclino la silla hasta acabar cayendo también yo. Hay risillas disimuladas, aplausos y un par de «bicho raro», y el señor Black, con su resuello, dice:
—Si has terminado..., Louis..., me gustaría continuar.
Me levanto, saludo inclinando la cabeza, recojo los libros, vuelvo a saludar, me acomodo, y sonrió a Jessie, que está mirándome con una expresión que solo puede describirse como de sorpresa, alivio y alguna cosa más...; preocupación, tal vez... Me gustaría pensar que hay también un pequeño atisbo de deseo sexual, pero creo que sería hacerse ilusiones. La sonrisa que le ofrezco es la mejor de mis sonrisas, la que lleva a mí madre a perdonarme cuando estoy despierto hasta las tantas o, simplemente, por ser raro. (En otras ocasiones, veo que me mira—cuando me mira, claro está— como si pensara:«¿De dónde demonios has salido? Debes de haber salido del lado de tu padre».)
Jessie me devuelve la sonrisa. Al instante me siento mejor porque ella se siente mejor, y por cómo sonríe, como si yo no fuera alguien a quien evitar. La he salvado dos veces en un solo día. «Louis, el de corazón sensible—dice siempre mi madre—. Demasiado sensible, para su desgracia». Lo dice a modo de crítica, y como tal me lo tomo yo.El señor Black mira a Jessie y luego me mira a mí.
—Como estaba diciendo..., el trabajo que quiero que hagan para esta... Clase es sobre al menos dos, a poder ser tres.., maravillas de Indiana.
Prosigue el discurso hablando de que quiere que elijamos libremente los lugares que despierten nuestra imaginación, independientemente de lo alejados que estén. Nuestra misión consiste en ir, y visitarlos, hacer fotografías, filmar videos, profundizar su historia y explicar que tienen esos lugares de maravillosos. Si tenemos la posibilidad de vincularlos entre sí de alguna manera, mucho mejor. Tenemos lo que queda del semestre para realizar el trabajo y debemos tomárnoslo en serio.—Trabajan en equipos de dos. Y el trabajo supondrá.. El treinta y cinco por ciento de su nota final.
Vuelvo a levantar la mano.—¿Podemos elegir parejas?
—Si.
—Elijo a Jessie Johnson.
—Eso ya lo hablarás.. Con ella después de clase.
Giro la silla para poder verla, y apoyo el codo sobre el respaldo.—Jessie Johnson, me gustaría que fueras mi pareja en este trabajo.
Se sonroja cuando todo mundo se vuelve a mirarla. Jessie le dice entonces al señor Black:
—He pensado en que tal vez podría hacer otra cosa, como investigar y redactar un breve informe. —Lo dice en voz baja, pero parece un poco cabreada—. No estoy preparada para...
El señor Black la interrumpe.
—Señorita Johnson, voy... A hacerle un favor... Voy a decirle que... No.
—¿No?
—No. Hemos empezado un nuevo año... Es hora de volver a subirse al carro.
Algunos ríen al oír la expresión. Jessie me mira y veo que si está cabreada, y es entonces cuando recuerdo lo del accidente. Jessie y su hermana, la primavera pasada. Jessie salió con vida, la hermana murió. Por eso no quiere llamar la atención.
El resto de la clase lo pasamos con el señor Black sugiriéndonos lugares que cree que nos gustarían y que, de todos modos, deberíamos visitar antes de graduarnos —Los típicos lugares turísticos y aburridos como Connor Prairie, el museo nosequé y más lugares aburridos—, aunque sé que la mayoría se quedara en esta ciudad hasta que se mueran.
Intento cruzar otra vez la mirada con Jessie, pero no levanta la vista. Se hunde en su asiento y mira hacia el frente.----------------------------------------------
Sé que no es largo, pero prometí subirlo hoy también.
Bss💖😚👋.//¿Será bueno que vayan juntos de Excursión?//
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Jessie and Louis
Teen FictionAdaptación. "DOS MUNDOS COMPLETAMENTE DISTINTOS". Esta es la historia de una chica que aprende a vivir, y de un chico que pretende morir; de dos jóvenes que se encuentran y dejan de contar los días para comenzar a vivirlos, ambos se complementan, s...