17. Confianza.

2.2K 136 32
                                    

Alexander se removió sintiendo su cuerpo ligeramente entumido. Había sido una noche demasiado intensa. Su corazón y su cuerpo habían sido desesperadamente tomados por Magnus Bane. No podía quitarse una tonta sonrisa que sus labios parecían haber adoptado. Escucho ruidos en el baño y escucho el agua caer.

Quería sentir nuevamente aquella singular impresión. Ambos cuerpos en el límite del deseo, y los momentos que llegaron después fueron mucho más intensos. Habían conversado adormilados y abrazados.

Alec se puso en pie y con las piernas temblándole, se detuvo en la puerta del baño a echar una mirada.

Los azulejos eran azules y blancos en el lujoso cuarto de baño del loft que estaba equipado también con una tina de baño y una ducha. Magnus estaba dentro, era claramente visible a través de la puerta de vidrio. Su cabello perdiendo el tinte, su redondo trasero acariciado por las prístinas gotas.

Magnus se giró bajo el fuerte chorro del agua, totalmente erecto. Alexander gimió y se aferró al marco de la puerta para mantener el equilibrio de sus temblorosas piernas. Magnus lo vio y le sonrió.

- Únete a mi.- dijo Magnus extendiendo la mano hacia él. Había un delicioso doble sentido en aquellas palabras.

Alexander entró al cuarto de baño, sintiéndose inmediatamente sofocado debido al deseo que había permanecido aletargado en su cuerpo por toda una vida. Jamás se había sentido de aquella manera. Nunca.

- ¿En qué piensas?.- murmuró Alec avergonzado mientras señalaba con la mirada lo que se balanceaba entre las piernas de Magnus.

- Siempre pienso en ti.- respondió Magnus con una sonrisa en aquellos sexis labios.

Alec se desprendió de la ropa para dormir que aún colgaba de su cuerpo, los pantalones holgados aferrados a sus caderas y la camisa desabotonada que ligeramente cubría su pecho. Magnus lo veía desnudarse con una intensa mirada de deseo, entonces abrió la puerta de la ducha con un dedo, usando el mismo dedo le habló a Alexander.

- Ven aquí, mi hermoso Alexander.- ordenó con suavidad y deseo.

Alexander caminó directo a la ducha, al húmedo cuerpo de Magnus entrando en el cálido abrazo. Sus labios se encontraron y Alexander abandonó todo sentido de realidad. Magnus presionó sus labios juntos. Sosteniendo a Alexander cerca, se giró para que Alexander quedara bajo la ducha. Acarició la piel de Alexander hasta que cada centímetro de piel estaba sensible y húmedo. Entonces cerró el grifo del agua, quedando dentro de la ligera nube de vapor. Levantó el mentón de Alexander para así poder mordisquear el largo músculo de un lado de su cuello. Sus manos se deslizaron sobre la caliente y húmeda piel hasta que finalmente se detuvieron alrededor de la erección de Alexander.

Alexander trató de respirar en el húmedo aire.

- Magnus.- jadeó el joven de ojos azules.

- ¿Quieres más, querido mío?.- pregunto Magnus con deleite. Esa voz acariciaba su oído.

- Dios, ¡sí!.- respondió Alec seguro de poder expresarse completamente con Magnus.

Magnus giró a Alexander hacia la pared, urgiéndolo a colocar sus manos en la blanca piedra. Por el rabillo del ojo Alexander lo vio tomar un pequeño paquete de una repisa en la pared de la ducha. ¿Un condón?.

- ¿Por qué un condón?.- preguntó Alexander, curioso y confuso a partes iguales.

- Este condón tiene lubricante natural para hacerlo bajo el agua o en la ducha.- le murmuró Magnus al oído mientras mordisqueaba su hombro.- Para jugar en el agua algunas cosas son necesarias.- añadió recorriendo con delicados besos su espalda.

Mi Hermoso AlecDonde viven las historias. Descúbrelo ahora