Capítulo seis

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Estoy solo, confundido, furioso y extraño, creo que ahora más que nunca me siento extraño, a pesar de que a mi al rededor tengo a personas con la misma clase de problemas que yo, pero aun así no soy de aquí, después de los psicólogos me encerraron ya que dijeron que era peligroso para mi entorno.

La primera noche fue horrible, estaba nervioso y asustado, lastime a dos guardias, ataron una camisa de fuerza a mi alrededor y me tiraron abruptamente a un cuarto helado y sin luz, estaba descalzo mis pies se congelaron no me ofrecían agua a no ser que trajeran pastillas con ella, eso fueron mis primeros tres días aquí, mi madre viene una hora todos los sábados, Lana nunca lo hace quisiera fingir que no me importa, pero no es así.

El señor coleman lleva al cabo sus sesiones conmigo o así lo hacía, me comento lo que hice esa noche, que estaba hablando solo y que también me lastimaba, el me dijo que sabía lo que estaba pasando, le conteste que no sabia nada, porque ni siquiera yo lo sabia y eso está volviéndome loco.

Que ironía, ¿volverme loco cuando ya lo estaba?

Esto era el infierno las personas que lo habitaban sus prisioneros, presos de ellos mismos sin almas y esperando la llegada del ángel negro que para muchos era una condena pero,para los súbitos del infierno en vida, la libertad,
La muerte, esa dama que solo con un beso los liberaría de destruirse a ellos mismos día tras día.

Fui criado por una familia religiosa, buena y generosa sin una sola gota de maldad que manchara su alma, siempre perdonando a todo aquel que nos haga daño, pero aun seguía sin entenderlo ¿Porque dios hace estas cosas? ¿Que gana el viendo a estas personas sufrir? ¿A caso era un juego?.

Miles de esas preguntas invadían mi mente, sin embargo mi madre siempre decía que todo pasaba por alguna razón, que todo estaba escrito y que dios podía hacer de nosotros lo que quisiera ya que si lo hacía cosas buenas vendrían.

Pero yo no quería que hiciera de mi lo que el quisiera, no quería este sendero de dolor y sufrimiento, ¿a caso este era su camino para mi? ¿que mierda voy a aprender de esto?, lo que he aprendido hasta el momento es que no hay un dios, y si lo hay ni en un millón de años quisiera este camino para ningún ser humano, estar condenado al infierno sin saber que demonios hiciste, siempre siguiendo sus malditas reglas para terminar aquí, todo siempre tan inesperado.

Los enfermeros pasaban muy seguido por los ruidosos pasillos, pisos sucios de lo que al parecer algún día fue sangre y ahora no es más que una mancha amarillenta transparente, huellas de humedad negras casi verdes llenas de mucosidad impregnadas a la pared deslizando sobre ellas gotas de agua que caían dentro de un recipiente apunto de llenarse en el suelo.

Los llantos ensordecedores de esos que dejan un zumbido leve en los oídos impidiendo escuchar bien por unos segundo o hasta minutos nunca cesaban, al igual que los llantos y carcajadas, nunca había días Buenos en este lugar, es y siempre será un abismo de personas sin almas, el hogar del mismo diablo,sus demonios y sus prisioneros, en ese orden.

Los abusos ¡Joder! Las malditas violaciones que he visto, el canibalismo de algunos, la demencia de otros, trastornos, suicidios, asesinatos, abandonó y homicidios.

Recuerdo a senna una niña de 16 años con Esquizofrenia desorganizada, los enfermeros se la llevaban y cuando volvía siempre estaba golpeada con sus pequeñas manos temblando, una vez logre tener un diálogo donde ella me confesó lo que le hacían, no le creí y me alejé, Senna a pesar de tener dieciséis mentalmente era una niña de siete años, siempre actuando extraño, riendo a carcajadas como ríen los pequeños niños cuando un adulto acaricia su barriga, a veces tan triste que se quedaba inmóvil podía permanecer hasta tres días en la misma posición sin mover un músculo.

Dos semanas mas tarde me encontraba barriendo el deposito donde se guardaban camas, colchones sucios y usados el aroma era nauseabundo y tóxico, pero necesitaba una distracción, fue en ese lugar donde presencié por primera vez el abuso contra Senna, ella gritaba su garganta se desgarraba, sus cabellos eran tironeados mientras uno de los enfermeros bajaba su ropa interior, la golpeaban para que dejará de gritar dándole golpes a puños cerrados, reían ellos simplemente reían y nosotros éramos los desquiciados.

Con mis pulmones a punto de colapsar, mi garganta a punto de gritar, mi estomago revolviendose y la impotencia bombeando por mi torrente sanguíneo salí corriendo de ese lugar.

Espere a Senna a las afuera de la cual era su habitación un cuarto igual de maltratados que el edificio, los pisos manchados y quebrados, cucarachas caminando por las paredes en la cual colgaban dibujos infantiles mal pintados, hasta que ella apareció por el pasillo con sus cabellos rubios alborotados, el tic en sus manos que hacia que ella se lastimara, un ojo inchado morado al igual que su mejilla, un cardenal en su labio inferior,riendo, hablando y gritando, gotas de sangre chorreaban de su entre pierna manchando sus zapatos.

Mi corazón latía desenfrenado y sentía un agujero negro y vacío comiendo mi estomago, pude haber hecho algo y no lo hice.

_ L-lo siento_susurre una vez que la niña cruzará el lumbral de la puerta ignorando mi precencia, tarareando una canción de cuna y sus ojos vacíos divagando en algún lugar que esperaba fuera mejor que este, cualquier lugar era mejor que este.

Con mis ojos humedecidos, el vacío en el pecho y la poca valentía me sumergí en un sueño que esperaba fuera profundo y duradero.

"Para mi desgracia no fue así"

"No tenia los medios para el suicidio"

Las noches eran largas y heladas, no había mantas suficientes para protegerse de eso, dolía respiran el aire helado hacia que se te congelará hasta las pestañas, titiritar y abrázame a mi mismo se había convertido en mi rutina.

Se dividía todo en tres partes, en tres mundos diferentes, uno más trastornado, malvado y loco que otro.

"Los trastornados"

"Los oyentes"

"Los Inglourios"

Casualmente pertenecía a los tres
Trastornados ,personas confundidas llenos de preguntas y de ¿Porque? Hundiéndose en el miedo, la ansiedad, despertándose cada dos horas creyendo que aún se encuentra en su habitación a la edad de diez años, sin a veces poder recordar el rostro de mi padre llorando a mitad de la noche por el, por mi madre y Lana, y siendo ferozmente golpeado y sedado por los guardias.

Oyentes eso no lo sabía hasta que en una de las sesiones Kalef el psicólogo de la institución dijo que me encontró en el baño hablando solo, lo negué a penas lo dijo, pero la verdad era que no estaba seguro de que eso fuera una mentira.

Inglourios el peor de los mundos, el de los trastornados y oyentes no eran nada comparados con este, allí habitaban los despiadados, los monstruos, las bestias de almas negras, los asesinos.

Yo pertenecía a ese mundo también, por haber matado a mi padre.

_Venga hijo dame un abrazo_dice mi madre mientras me toma por los hombros, al hacerlo me presiona con fuerza marcando mis huesos, acuna mi rostro en sus manos marcando con sus dedos mis mejillas filosas y huesudas_ Qué te han hecho mi niño, dios te compensará hijo mío.

Río ante su comentario, mis ojos no la ven, están viendo un punto fijo detrás de ella, mi mente vaga ni siquiera se en que pensar es como si no tuviera recuerdos.

Mis ojos se clavan un segundo en la mujer frente a mi, sus ojos están cristalizados y sus mejillas humedecidas, veo mi reflejo en sus lentes y entiendo el porque de sus lágrimas.

Mi cabello esta revuelto y largo, las ojeras bajo mis ojos son negras casi moradas parece que alguien hubiese enterrado sus puños en esa zona, e bajado de peso, mi vista recorre mis manos y mis dedos están largos, delgados y pálidos como mi rostro, la ropa una sudadera gris, gastada y con un par de roturas en las muñecas y cuello, me va enorme, nunca desde el tiempo que llevo aquí he visto mi reflejo, no llevo noción de los días, las horas o los segundos, ¿en que momento me convertí en un cadáver?.

_ ¿C-cuanto.._mis labios dolían, estaban secos y quebrados_ Llevo aquí?

Mi madre arruga ligeramente su ceño, se encoge de hombros y suspira pesadamente.

_ Cuatro años cariño, ¿no lo recuerdas?.

Tiempo Muerto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora