Strong {Zayn Malik}

Capítulo dos

Me acerqué con Tiffany hacia mi grupo y Jeremy me miró fijamente. Me sentía mal porque no sabía cómo reaccionar, pero simplemente lo dejé pasar y me añadí a la conversación. Hacía muchísimo tiempo que no los veía, ellos, como ya había dicho, eran mi segunda familia, me ayudaban siempre que podían, aunque eso sí, confiaba más en unos que en otros. Como Jeremy vio que pasaba del tema y actuaba con normalidad, él optó por hacer lo mismo.

Después de estar hablando todos juntos los cinco minutos antes de que sonara la sirena, nos dirigimos todos hacia nuestras respectivas clases. Ya sabía que no me había tocado con ninguno de mis amigos, pero por Dios ¿era necesario que me tocara estar todo el año con gente tan 'friki' y antisocial? Menuda mierda. Si me aburría en las clases seguro que no podría hablar con nadie para entretenerme.

A la hora del recreo fui a la cafetería para comer y tomar algo, y paseando mi mirada sobre todos me di cuenta de que había mucha gente nueva además de buenos partidos. Pero bah, con lo que había pasado con Jeremy ese verano me bastaba, no necesitaba a nadie más en mi vida ahora mismo, no quería a nadie del que preocuparme. Para variar, seguro que todos eran unos capullos. Nunca fallaba.

Acabé de comer y fui a buscar a Tiffany, pero cómo no, ya estaba tonteando con uno de los nuevos. Si había algo en lo que nos parecíamos era en eso, siempre que teníamos la oportunidad, la aprovechábamos, la pequeña diferencia era que yo era más lista, o eso intentaba, ella se dejaba llevar por la situación mientras yo me lo tenía que pensar dos veces. Estaba orgullosa de eso.

-Lo siento.- Me dijo una voz masculina.

-Ves con cuidado.- Le respondí aún sin mirar quién era mientras me acomodaba la camiseta que se me había subido a causa del pequeño impacto.

-¿En serio hace falta hablar de esa forma? No ha sido culpa de nadie eh, simplemente nos hemos chocado y ya. Ten un poco de respeto hacia los demás.- Dijo él, y después de colocarse bien las gafas negras de pasta siguió pasillo abajo.

¿Cómo se atrevía a hablarme de esa forma? ¿Y cómo que no había sido culpa de nadie? Claro que había sido culpa de alguien, había sido culpa suya. Maldito empollón. Creía que por el hecho de saber utilizar mejor que yo las palabras podía hablarme así. Más valía dejarlo pasar.

****

Me dirigía hacia mi casa caminando, ya que Tiffany no me había podido llevar porque había quedado con el chico que había estado hablando con ella a la hora del recreo. Ella sí que había empezado bien el curso, me dije a mí misma.

Llegué a la puerta de mi casa y después de limpiarme bien la suela de los zapatos en la alfombrilla que yacía delante de la puerta, me decidí a entrar. No tenía ganas de ver a mi madre, no tenía ganas de ver a nadie, todavía seguía un poco molesta por lo que había pasado a la hora del recreo con ese empollón, todavía me seguía preguntando cómo se había atrevido a hablarme así.

Yo soy de esas personas a las que parece que no le afectan las cosas, que tienen una faceta fuerte para que parezca que no me importa nada, pero aunque me cueste reconcerlo, cosa que estoy haciendo ahora, en el fondo sé que me afectan mucho las cosas, por muy insignificantes que sean, pero no puedo dejar que la gente vea esa cara mía, no puedo dejar que piensen que soy débil.

Ya era tarde y después de cenar subí a mi cuarto, me quité la camiseta tan apretada que llevaba y esos shorts y los tiré por los aires mientras cogía el pijama para así ponérmelo y estirarme en la cama. Me peiné mi largo pelo castaño claro con las puntas anaranjadas y seguidamente me lo recogí en un moño. Hacía calor. Ya estirada en la cama, alargué el brazo hasta mi mesita de noche y cogí los auriculares, me apetecía desconectar. Puse la música a todo volumen y ese chico me volvió a venir a la mente, pero ya no pensaba en lo que me había dicho, pensaba en cómo era, porque cuando se le habían caído las gafas había dejado al descubierto unos ojos color miel preciosos, aunque eso no dejaba de lado que fuera un arrogante.