Final.

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Luego de la graduación Scarlett comenzó sus estudios en la universidad. Yo estuve trabajando en una tienda de música por bastante tiempo, y aunque no teníamos tanto espacio para vernos cómo antes, nuestra relación era cada vez mejor.
Habíamos planeado hace varios meses que saldríamos de vacaciones a la playa, para tomar un pequeño descanso y poder estar juntas más tiempo.

14 de abril del 2010.
Día de partida de nuestro viaje con destino a Malibú, ubicado al oeste de los Ángeles. Scarlett está sentada a mí lado, sosteniendo impaciente mi mano; el avión se encuentra en medio de una catastrófica turbulencia, las azafatas intentan tranquilizar a los pasajeros, pero ni ellas mismas logran estar indiferentes ante tal situación. El piloto informa con voz agitada que uno de los motores del avión ha fallado, y que no hay nada humanamente posible que se pueda hacer.
Scarlett sostiene mi mano aún más fuerte mientras intenta contener el llanto; es cuestión de minutos para que el avión caiga hecho pedazos. Se escuchan los rezos por parte de todos los demás pasajeros, las últimas llamadas de los jóvenes a sus padres para una terminante despedida. Las súplicas a un ser supremo por compasión; todos abrazando a sus seres queridos esperando una muerte certera.
Entrelazo los dedos de Scarlett con los míos, y la estrecho entre mis brazos lo más fuerte que puedo, le agradezco todo lo que ha hecho por mí en los 3 años de relación que llevamos, me disculpo por los celos y las equivocaciones qué tuve con ella y le recalco decenas de veces entre lágrimas, cuánto la amo, y cuánto anhelo que dónde quiera que vayamos a estar luego de morir, estemos juntas. En ningún momento nos dijimos adiós, puesto que nunca esperé que nuestra separación fuera tan pronta y nuestra felicidad tan efímera. La vida no es un párrafo, y la muerte no será un punto final en nuestro amor.
Y eso fue lo último que escribí en mi libreta, continúe por dejarla debajo del asiento, besar nuevamente a Scarlett y esperar entre llantos desesperados a que nuestro final llegara.
El avión cayó a 38mil pies de altura, el fuego proveniente del motor y el combustible escapando de la aeronave hicieron que la explosión fuera más apresurada.
Ocho décimas de segundo más tarde el avión se estrelló, rodando en llamas a 80 kilómetros por hora; sin ningún sobreviviente.

—Fin.

Muñecas de porcelana.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora