8. Problemas

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Habían pasado ya 4 meses, todo había sido tan rápido, parecía que cada día se pasaba volando.
Ayato tenía 6 meses de embarazo, su vientre estaba más abultado, tanto que había ocasiones dónde se miraba al espejo diciendo "estoy obeso" aunque claro Kaneki siempre estaba ahí para quitarle esos pensamientos idiotas al igual que su familia. Arata ya no parecía estar molesto, todo había regresado a la normalidad con su familia y de igual manera su padre había entablado algo así como una amistad con Kaneki. Los padres del albino supieron la noticia unas semanas después, ambos se oían bastante molestos pero no es como si pudieran reclamar mucho estando hasta Inglaterra, por lo que terminaron aceptando el hecho y llamando cada semana a Ayato para saber el estado del bebé de su hijo, ambos Kaneki sabían perfectamente que se daría en adopción, aunque no estaban de acuerdo del todo pero no es como si pudiera influir en la decisión de su hijo, Ken ya no era un niño al cual tenían que seguir mandando y cuidando. Tanto Karren como Shuu habían estado en cada ecografia de ayato, al igual que Kaneki y en ocasiones Hikari, los primeros dos habían comprado ya todo lo necesario para su bebé y parecían bastante felices por la venida del pequeño.

Todo parecía ir perfecto, Ayato estaba feliz, pronto todo esto acabaría, lo único que comenzaba a asustarle es que se había encariñado con su bebé, temía no poder entregarlo en el nacimiento pero no es como si tuviera otra opción después de todo, era un idiota de 15 años, no podría hacerse cargo de un bebé...si, lo sabía, era su responsabilidad y eso tuvo que haber pensado antes de tener sexo con Kaneki pero lo hecho, hecho esta.

Era sábado por la mañana, Ayato estaba en una de sus revisiones rutinarias junto con Kaneki, los Tsukiyama no pudieron ir está vez. Ambos chicos estaban preocupados, la doctora pasaba los papeles algo desconcertada, mirando uno por uno, de vez en cuando miraba a Ayato y regresaba su atención a los estudios.

- Cielos...- Susurro ella, Kaneki fruncio el ceño mientras ayato comenzaba a temblar ligeramente, tenía un terrible presentimiento.

- ¿Pasa algo doctora? - Pregunto Kaneki tomando la mano de Ayato para relajarle un poco y transmitirle cierta confianza y calidez.

- Hay un pr- - La profesionista no terminó de hablar ya que un grito de profundo dolor lleno la habitación, ambos giraron su vista rápidamente al lugar de procedencia: Ayato.

Abrazaba su vientre con fuerza en el mismo asiento dónde se encontraba momentos atrás, sin perder tiempo Kaneki se acercó a él tratando de calmarlo, la desesperación en el padre se podía ver a kilómetros, sus manos temblaban y en su mirada no se reflejaba nada más que miedo, poco después la pelirroja se acercó aceleradamente a Ayato pero terminó palideciendo al ver sangre.

- Carajo - Gruño ella, eso fue suficiente para saber que no eran dolores "normales" por lo que a paso rápido salió de su consultorio, agradecía estar en un hospital en estos momentos - ¡Una camilla y rápido! - Grito, una enfermera que pasaba por ahí asintió y corrió por lo mencionado.

- ¿¡Que pasa?! - grito Kaneki abrazando a Ayato al borde del llanto, sabía que debia calmarse o asustaria más al embarazado pero aunque lo intentará no le era posible. Por otro lado el chico de cabellos teñidos gemia dolorosamente tomando su vientre con fuerza, el dolor se iba calmando lentamente pero este no fue el problema, Ayato sabía que algo no andaba bien, sabía que su bebé no estaba bien y era más que obvio que sus pensamientos estaban en lo correcto, lo último que hizo antes de que su vista se nublars fue suplicar porque todo estuviera bien, por que no le pasara nada tanto al bebé como a él.

Ayato abrió lentamente sus ojos, estaba en una habitación blanca y su cuerpo era cubierto por mantas del mismo color, había un extraño aparato conectado a su cuerpo y después de aclarar un poco más su vista se encontró con su familia, estos se veían alterados pero en cuanto Ayato ladeo su rostro como si estuviera diciendo « ¿Que paso? » sintieron entre alivio al verlo reaccionar y nervios para lo que tenían que decirle, todos se miraban entre sí hasta que la cabeza de la familia Kirishima se decidió a hablar.

Adolescencia Perdida .:Ayakane:.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora