Antes de la caída II

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La vida es tan corta

y el oficio de vivir

 tan difícil, que

cuando uno 

empieza a

aprenderlo,

ya hay que morirse❞ 


Sherlock Holmes había aprendido a vivir al lado de John Watson.

John Watson había vuelto a vivir al lado de Sherlock Holmes.


Pero él apareció.


Sacando sus debilidades a flote.

Haciendo temer por la vida de los demás. 


Pero sobretodo temiendo por alguien que lastimosamente se había hecho muy especial para él. 

Lastimosamente. 

El juego se estaba haciendo cada vez más y más grande. Afectando a todo aquel que tuviera contacto cercano con Sherlock Holmes.

El rubio doctor...

Sherlock temía por él, más que por su propia vida. 

Y ahí observándolo en su cómodo sofá, leyendo su blogg, sabía que no debían tocarle ni un solo cabello. 

No tenía ni idea de la próxima jugada de Moriarty, pero sabía que sería fatal. 

  -Sherlock.

Su voz lo trajo de vuelta al mundo real, no quería estar ahí.

  -¿Te encuentras bien? Te eh notado un poco perdido estos días. ¿Ocurre algo? 

La ternura en sus ojos hacía a Sherlock sentirse un imbécil al mentirle, pero no tenia que decir nada, no debía. Si quería protegerlo. 

  - Esta todo bien John. ¿Quieres ir a cenar?

  - Iré por mi abrigo. 

30 minutos después los dos hombres salieron a el restaurante donde todo empezó.

Y como era de esperarse, Angelo los recibió con una vela en la mesa.

  - No somos... ¿Sabe que? Olvidelo. 

Sherlock sonrió.

-La noche esta tranquila.

Hablo John.

Y Sherlock, aun con su fría máscara, guardaba cada palabra dicha por él. 

Memorizaba cada fino cabello que caía tras su oreja.

La curvatura de sus labios.

El tamborileo que hacían sus dedos cuando se sentía observado. (justo ahora)

John y su sonrisa.

John y su agradable compañía.

John.

John.

La noche paso demasiado rápido para su gusto. 

En miradas y silencios no incómodos, solo silencios, silencios agradables. 

(..)

-Fue un gusto haberte conocido Sherlock Holmes, siempre sera un gusto. 

Algo dentro de él colapso, dejándolo sin aire. 

John lo observaba y sin más, tomo su mano. 

Y Sherlock la sujeto, sujetando en ella su vida misma. 

Llegaron al 221b y en ningún momento sus manos dejaron de tocarse. 



(...)


John Watson yacía dormido en su habitación. 

Mientras que un Sherlock Holmes desolado se recostaba en la entrada de esa misma habitación. 

-El gusto siempre sera mio.

Dijo antes de irse. 


(...)

John Watson supo de Sherlock Holmes horas después.

Al verlo caer.

Al verlo morir. 















N.A

Ya se, ya se seguramente esten diciendo.

ESPERE MESES PARA ESTO?

Lo sé y lo siento.

No eh estado muy bien estos días.

Eh sido un desastre emocional.

Lo siento.

Disculpen enserio la tardanza. 

Disculpen si no es de su agrado y si es muy corto.



La confundiescupialidoso al otro lado

No era un adiós.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora