capítulo 13

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No sé que me está pasando, pero siento la furia controlándome, me siento fuera de mi. Y las palabras alentadoras de mi tío no me ayudan en nada.

— ¡Eso es Leyla, demuestra qué eres de verdad! ¡Tú y yo lo sabemos! —gritaba, pero yo lo escuchaba en eco.

Él estaba bajo de mi, y yo sentía la necesidad de matarlo. Quería matarle. Necesitaba hacerlo.

Pero había otra voz que me hacía volver al mundo. La voz que nunca me cansaba de escuchar.

La de Liam.

— ¡Leyla no le hagas caso! ¡Intenta sacarte de ti misma! —oía al chico gritar.

La verdad es que estaba confundida, y en estos momentos solo quería acabar con todas las personas que se encontraban en la casa, descuartizarles y machar las paredes de sangre con mi nombre. Que gore, Leyla.

— Leyla, ¡ellos son los malos! ¡Ellos quieren debilitarte! —me decía mi tío— Tú eres como yo, a ti te han desterrado también, ¡y hay que vengarnos!

Todo ocurría tan a cámara lenta para mí. Yo sentía que no era yo, sentía cada gota de sangre dentro de mí palpitar con fuerza, mezclarse, correr. Sentía la furia crecer desde mis pies hasta mis piernas, y subiendo. Cada vez con más ganas de acabar con todos y con todo. De estar yo sola aquí, de matar a todos. De ir al cielo a matarlos también. A cobrar venganza. ¿Por qué si quiera yo estoy aquí?

No es culpa del Señor que estés aquí. Él solo te quiso poner a prueba —dijo Diel en mi oído, y sentí querer matarle— Él te está protegiendo, Leyla, igual que yo. Igual que tus amigos.

Y cuando iba a girarme a él, atacar a su silueta celestial e intentar matarle, unos brazos me cogieron tan fuerte que volví a la realidad de golpe, gritándo y pataleando.

— ¡Leyla, Leyla, soy Liam! —dijo el chico mientras me dejaba en el suelo— Relájate, en serio, debes hacerlo.

Le miré a los ojos, y tan rápido como aparte la mirada hacía la casa de Scott, deseé no haberlo hecho. Mi tío se encontraba peleando con Malia, pero de repente paró y se apartó de ella, y miró hacía mi dirección.

— Nos veremos pronto, pequeña —le escuché decir, chasqueó los dedos y él y sus acompañantes desaparecieron.

Así, sin más. Dejándome con una desesperación en el cuerpo que dejaba de ser normal por momentos. ¿Por qué? ¿Qué finalidad tiene venir, ponerme nerviosa e irse?

Pero mis ojos se enfocaron en Stiles, el cual tenía el labio partido y sonreía tristemente mientras Scott le daba dos palmadas en el hombro.

Todos estaban mirándome, y yo, simplemente, no sabía qué hacer ni cómo actuar, ni cómo sobrellevar esto.

Solo quería meterme en un agujero bajo tierra y no volver a salir, porque al parecer solo soy eso, un estorbo que mejor debería estar encerrado bajo tierra.

— ¿Estás bien? —me preguntó Liam, sacándome de mis pensamientos.

— Sí, sí... —dije, aunque probablemente mis pulsaciones dijeran lo contrario— gracias, Liam.

Él me miró extrañado.

—¿Por qué?

— Por ayudarme a salir de ahí sin matar a nadie, —reí sin ganas— estás bastante fuerte para cargar con un ángel en furia viva.

— Yo siempre te ayudaré. ¿Para eso están los mejores amigos, no? —sonrío.

Plof. Se me cayó el mundo, no de buena manera. Después de estar en proceso de aceptación de que Liam me gustaba, él me deja claro que lo nuestro es solo una buenísima amistad.

Mi día no podría ir a mejor, ¿no?

Pero lo único que podía hacer era suspirar, y asentir. Volví hacía la que había sido hace unos escasos segundos la zona de guerra, y me planté frente a todos, que me miraban fijamente.

— Stiles, lo siento, de verdad —le dije, muy sinceramente— Chicos... ya habéis visto como es mi tío... yo creo que esta no debería ser vuestra batalla... yo... simplemente dejarme hacer esto a mi.

— Leyla, vamos a ayudarte —dijo Malia.

— No quiero que nadie más salga herido...-

— Nadie más lo hará, ¿vale? —dijo Scott, posando su brazo sobre mis hombros— Te lo prometo.

Y nosotros también —dijo Allison al lado de Diel, sonriéndome y apaziguando mi interior.

Solo me queda esperar que no se compliquen más las cosas.


🐺


Estábamos en el instituto, más concretamente en clase de historia. Y me aburría. Me aburría muchísimo.

No podía dejar de pensar en lo que había estado pasando, ¿por qué mi tío me diría que los malos son mis amigos? ¿De qué tengo que vengarme? Ahora me confunde... Sé de sobra que mis amigos no son los malos, ni mucho menos, sino no me ayudarían. ¿Pero vengarme? ¿Por qué debería hacerlo? No creo que Señor lo hiciera con mala intención... ¿o sí?

La verdad es que me sentía muy abrumada, todo se me complicaba por momentos. Todavía recuerdo cuando llegué a Beacon Hills... no sé cómo, desperté en el hospital.

Pero el sonido de la puerta del aula me sacó de mis pensamientos.

— Chicos, este es el nuevo alumno. Se llama Louis —dijo el profesor— Louis, preséntate.

Pude ver desde mi sitio como él tragaba saliva.

— Hola, me llamo Louis y antes vivía en Canadá. Encantado de conoceros.

— Bonita y corta presentación, siéntate hoy al lado de la chica rubia del final, se llama Leyla.

Vaya, me toca al nuevo.

El chico se sentó a mi lado y me sonrío, yo le devolví la sonrisa.

La clase transcurrió rápida, supongo que porque no quedaba ya mucho tiempo hasta que acabara. Me levanté de mi asiento dispuesta a irme, pero el profesor llamó mi atención.

— Leyla, ¿puedes hacerme el favor de enseñarle a Louis la escuela?

Sonreí:— Claro, no hay problema.

Me giré para ver al chico, el cual nos miraba a mi profesor y a mi simultaneamente, y con un simple gesto de cabeza, se puso a mi lado dispuestos a salir del aula.

— Y bien, hoy seré tu guía —le dije de forma graciosa para que no se sintiera incómodo.

— ¿No te molesta perder la hora del recreo solo por enseñarme un poco la escuela? —me preguntó.

La verdad es que hasta ahora no me había dado cuenta de lo atractivo que era, ojos verdes y pelo negro, rasgos definidos pero sin pasarse, y mirando un poco hacía abajo... vaya, no parecía estar mal debajo de esa camiseta azul.

— No, no pasa nada —sonreí— Así podemos conocernos mejor, ¿no?

El chico sonrío.

— Claro que sí.

ángel caído » liam dunbarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora