Chica rara suicida

Mi Cumpleaños

Pasaron ya varios días y llegó mi esperado cumpleaños.
No supe nada de Peni, y eso me angustiaba mucho, en fin, mis padres trabajaban y me quedé sola en casa, por lo cual decidí ir a la escuela.

Llegué a la escuela y Gladis me regaló un perfume que realmente me gustó mucho, sinseramente no pensé que fuese a regalarme algo.

Peni no estaba conmigo y me sentía sola, la extrañaba mucho y me angustiaba no saber nada de ella, pero trataba de no pensar en eso y consentrarme en mi tarea.
Cuando toco el timbre de recreo fui para hablar con Gladis, pero ella ya estaba hablando con un chico de tercer año mientras barría el piso.
Igualmente me acerqué y ese chico era su sobrino, Gladis nos presentó y me quedé hablando con él todo el recreo, parecía muy amigable aunque un poco tímido.
-Me llamo Agustín- Me dijo sonriendo.
-Me gusta tu nombre, yo me llamo Maribel- Le dije devolviendo la sonrisa.
Toca el timbre y volvimos cada uno a su curso.

Al finalizar el día de clases, Agustín me estaba esperando en la puera de salida con un amigo de él, cuando veo al amigo me doy cuenta de que era Franco, el chico que a Peni le gustaba, trate de alejarme un poco de él y hablar más con Agustín, aunque yo solo lo veía como un amigo, nada más que eso.

Tomo el colectivo y al llegar a casa estaba Don Juan con Peni y mi familia.
Abrazé a Don Juan y Peni lo más fuerte que pude
-Los extrañé mucho- Les dije a ambos muy sorprendida y alegre de verlos.
-Igual te extrañamos Bel. Toma, es un regalo por tu cumpleaños, espero te guste- Me dijo Peni dándome una bolsa.

En ella había muchas cosas; una remera negra con una foto de Peni, mía y el querido Firpo. Ese día fue muy lindo, recuerdo que fue en la casa de Doña Guadalupe, ese día nos dio helados hechos por ella y muy ricos.
También había en la bolsa collares, pulseras, perfumes y demás cosas muy lindas.
-Gracias Peni, gracias- Le dije casi a punto de llorar.
-De nada Bel, te lo mereces- Me dijo Peni con una voz muy aliviada.
-¿Y como te fue en Bs.As?- Le pregunté.
-Era él, lo encontraron y ahora está en la cárcel- Me contó Peni.

La veía mejor sabiendo que ese maldito hombre ya no le haría daño.
Mi madre y padre me regalaron un celular que me encantó.
Don Juan me muestra una torta que había arriba de la mesa y me dijo que fue un regalo de Doña Guadalupe.

Fue uno de mis mejores cumpleaños a pesar de que no vi a ninguno de mis tíos y primos.
Cenamos, comimos la torta, me despedí de Peni, Don Juan y fuí a dormir muy contenta.