NUESTRO SECRETO
Capítulo 9
Entre el cielo y la tierra... ¿nada está escondido?
~Asura Tredyan~
La luna cómplice de aquella noche mágica comenzaba a palidecer con los primeros rayos de la mañana en un cambio drástico que no tardaría más de 15 minutos, el amanecer más hermoso de toda mi vida, no precisamente porque observara los rayos naranjas del sol fuera, fue particularmente porque había pasado toda la noche observando el rostro de mi amada Aleth, lo acaricie un par de veces con cuidado de no despertarla. Yo no encontraba palabras para describir lo que una "niña" logró hacerme sentir. Aun cuando quedó claro que nuestros cuerpos ya habían sido de alguien más y sentí celos un momento, preguntándome quién se robó su pureza, esto no opacó para nada el amor que compartimos, pues segura estoy que era la primera vez que las dos hacíamos el amor. Definitivamente ninguna amante podría igualar la intensidad, la dulzura o el sentimiento de aquel momento, ya la idea de desprenderme de ella resultaba la cosa más idiota que pudiera pasar por mi mente, pero... sigo temiendo.
Suspire y volví a mirar aquella faz tranquila que me había robado mil suspiros esa noche, la mire con adoración, contemple su sonrisa de satisfacción aun dormida y sentí de pronto un tenue temor de perder todo aquello. Volveríamos a Tokio esa misma mañana, restaba ya apenas medio mes para la boda, las invitaciones ya fueron entregadas la semana pasada y yo realmente comienzo a dudar de si hacerlo o no. Suspiro, cierro los ojos... oh cómo me gustaría irme de aquí, dejarlo todo y llevarte conmigo Aleth.
Un susurro se me escapó. -Pero lo prometí a mi padre en su lecho de muerte- Temblé de ira, de dolor, no imagina mi padre la lápida que puso sobre mis hombros.
Aleth se removió entre mis brazos y aunque comprobé que aún duerme, en su mohín disgustado por un momento pensé que había sentido mi malestar como suyo. Mire el reloj, aún hay tiempo volví a concentrarme en la belleza de la feminidad de mi amor, desnuda bajo las sábanas.
Escuche algo removerse en las cercanías, tome otra parte de la sabana y deje a mi Aleth dormida en el lecho dándole un beso en la frente, en la salida de la tienda busqué en mi maletín un arma que nunca apartó de mí. Salí sigilosamente sujetando mi sabana y cubriendo con ella mi arma. Había dejado claras órdenes a los guardas que nadie pasara a mi tienda después de cierta hora.
-Veo... que hermosa luces esta mañana- Un movimiento rápido y el intruso tiene mi arma apuntándole entre ceja y ceja. -Ten cuidado preciosa... no se te escape un tiro-
-Ganas no me faltan...André, más aún si añades la actitud de anoche... no oses tocar a ninguna de mis estudiantes- Dije frívolamente. -Tú siempre olvidas que esta es una alianza por conveniencia donde cada quien obtiene lo que quiere... tú una suma importante de dinero, yo... mi venganza-
-Lo sé... lo sé Asura- Se cruzó de brazos y yo me ocupe de bajar el arma aunque no deje de estar alerta.
-Dime a lo que has venido, sería raro que te tomaras tantas molestias, te gustan los trabajos fáciles... así que habla-
-Ya conseguí la gente suficiente para tu teatrito, los padres ficticios, cronogramas, mercenarios...-
-Eso pudiste decírmelo por celular...-
-No... no, no... soy un profesional, no querrás que quede grabado en algún lado esta clase de conversaciones... podrías ir a la cárcel, no sé si me explico- Su tono sarcástico era sumamente irritante.
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NUESTRO SECRETO
ActionConocer a alguien no sería problema, aun si es mayor, si siendo ambas mujeres sentimos esta letal atracción... la mayoría se enamora de aquella preciosa profesora que es delicia para el ojo, aun tan inalcanzable, nah... pero yo, justamente me tenía...