10 años

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La vida se había vuelto un poco aburrida. Desde que mi padre sufrió un ataque de nervios que lo mandó directamente a un asilo en Lunara 4, el lugar más tranquilo conocido hasta ahora,  las cosas en mi familia comenzaron a desmejorar, o tal vez era yo el que había comenzado a sentir miedo y rabia e impotencia por no poder responder a preguntas que no tenían cabida en la época de mis abuelos.

Mi padre cayó como en un trance de terror debido a un mensaje cifrado que recibió, mamá y yo no entendimos muy bien pero creo que el mensaje tenía algo que ver con un antiguo amor de mi padre. Una tía y una amiga de mi madre fueron a vivir con nosotros, a acompañar a mi madre para evitar que se desmoronara por lo de papá. Las visitas me recordaban con su presencia que yo no tenía las respuestas a las preguntas sobre la vida y la muerte y eso me hacía sentir más impotente. Por qué mi familia tenía que aceptar tan ciegamente las doctrinas del puritanismo?

Mi casa se me había vuelto incómoda y yo me pasaba casi toda la sesión en los juegos o en alguna aventura ayudando a Pania a desbloquear logros y a subir de nivel. Ella se había convertido en la mejor razón para evitar todo lo demás. Lo único que parecía cierto es que Pania me necesitaba y yo a ella así que me dediqué a entrenarla y a darle lo mejor, vivir por ella me pareció mejor que ir muriendo poco a poco por mi familia.

Las cosas hubieran estado un poco mejor si las visitas en mi casa no hubieran sido tan puritanas. El predicador Carodd prácticamente pasaba las tardes visitando a mi madre y a sus invitadas y por si un olor a puritano reaccionario tan fuerte no fuera suficiente, el predicador y las invitadas dedicaban lo mejor de sus críticas y preguntas, ofensivas, fuera de época y desinformadas, a hacerle la vida imposible a Pania, a ella que no tenía la culpa de lo que le pasaba a mi familia, a ella que hacía lo posible por que yo no cayera en ese estado de depresión en el que viven los puritanos ortodoxos. 

Puede que yo no tenga las respuestas,   quizá nunca las encuentre. También puede que nunca logre descifrar el significado de la vida o su naturaleza pero no quiero caer en el error de gritar juicios de valor como el predicador Carodd y su séquito. Tal vez yo hubiera tolerado que el predicador criticara mi posición poco ortodoxa, tal vez yo hubiera podido entender la ceguera de la congregación  en cuanto a mi posición sobre la vida y mi dificultad para conciliar mi entorno con mis principios pero algo que no podría entender ni tolerar era el juicio sin derecho a la defensa al que el predicador sometía a Pania. La adopté y ella es otra forma de vida humana o humanoide pero ante los ataques de la congregación ella  fue mi Pania. Aunque por derecho ella es mía, más que como mi propiedad yo la percibo como una amiga y digo que ella es mi Pania porque  su bienestar es mi responsabilidad y porque puedo sentir todo lo que ella siente..

Pensé en largarme de mi casa, en abandonar ese mundo puritano que planteaba una distancia entre la realidad y unos principios que yo había aprendido a respetar desde pequeño pero que ahora entraban en conflicto con todo lo que me rodeaba. Pania y yo podríamos sobrevivir ganando campeonatos y ella podría seguir ganando puntos en los juegos, además de inseparables habíamos sido un buen equipo desde el comienzo.

Fue mi Pania la que me convenció de buscar el equilibrio y de encontrar una forma de protesta que fuera benéfica para mí como para alguien más. Ella me convenció de no alejarme de mi madre y de su mundo por mucho que yo no lograra comprenderlo ahora.

Con otros 3 millones de puntos Pania y yo fuimos a La Casona de Apis Zc 88. Aunque algunos StarPacks  me gustaron, Pania me recordó que había que ser prudente, no convenía provocar los insultos del predicador Carodd. Además los tres millones de puntos solo alcanzarían para una Star y algunas cosas así que yo podría escoger entre una hand-maid como Pania,  una maiden o una lady.

Escogí una hand-maid, Claera fue parte de mi equipo desde que abrió los ojos. Claera y Pania crearon un vínculo neural tan pronto como Claera encontró sus piernas, seguro que ese debe ser un truco muy viejo pero para un puritano de la periferia es algo asombroso que casi puede ser magia.

Claera, Pania y yo nos tomamos de las manos y pude entrar en sus mentes y ellas en la mía. Bastaba con pensar para comunicarnos, lo que me pareció algo genial. Fue como tener seis manos y seis ojos, lo que en un torneo o en una aventura puede hacer la diferencia entre el ganador y los demás .

Los torneos y el entrenamiento de Pania y Claera me mantuvieron alejado de los problemas en mi casa por un buen tiempo y creo que mi actitud un poco ausente ayudó en algo a hacer las penas de mamá más llevaderas. No importaba qué pudiera decir el predicador Carodd yo parecía flotar y sonreír, sus palabras no podrían hacernos daño, ese fue un acuerdo entre Claera, Pania y yo y hay que ver lo bien que dicho acuerdo funcionó.

Al pasar a  una liga superior pude darme cuenta de que yo no era el único jugador que era respaldado por MoonLady. Con todo y su entrenamiento y los logros que habían conseguido en los juegos,  con esa conexión rápida y eficaz que nos convertía en uno solo, Pania Claera y yo no representábamos una competencia muy fuerte que digamos ante equipos de 10 y 15 MoonLady.

Todo parecía estar bien, al menos mis MoonLady  y yo resistíamos los ataques  del predicador y de la congregación lo mejor que podíamos. Molestar a Carodd y a otros notables puritanos se había convertido en el pasatiempo favorito de Claera, su gusto por la filosofía antigua le daba  a mi MoonLady un repertorio bastante amplio para fastidiar los argumentos, como siempre viciados y fanáticos, de los  puritanos más renombrados  de mi comunidad. 

Pania y Claera habían alcanzado cierta posición en los juegos, lo que les permitía gozar de una buena cantidad de puntos para gastar. Fueron ellas quienes me propusieron adoptar otra MoonLady para fortalecer nuestro equipo.