10 años

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Perseguir a los Harvesters solamente hubiera causado más problemas, quizá ese ataque a la villa había sido el comienzo de una emboscada. No es algo nuevo el que los Harvesters traten de tender trampas al ejército, ha pasado muchas veces y los resultados son, por decir lo menos, poco deseables. Algunos Harvesters toman las Lunas de los soldados caídos como trofeo y muchas veces las usan para causar graves daños a unidades enteras, lo que es un ataque cruel, bajo y falto de toda dignidad pero los Harvesters no son muy honorables que digamos. Para ellos la fuerza concede la razón, y si pueden tomarse muchas vidas en el proceso para ellos es lo mejor. La tortura, la esclavitud y la muerte, conceptos desterrados de la Confederación y para muchos prácticamente desconocidos, son herramientas que resultan útiles a los propósitos de los Harvesters, especialmente a los de las grandes compañías dedicadas al harvesting.

La unidad regresó a Solomon 7 sin resultados y con una pérdida que sería, al menos por una sesión, irremplazable para Faes. Pania había sido no solo su primera Luna y casi su única amiga incondicional sino también, y más importante, su puerta de entrada a un mundo al que los puritanos, grupo al que pertenecía la familia de Faes, habían decidido desconocer y mantener apartado de sus valores y tradiciones ancestrales. MoonLady había representado una división para muchas civilizaciones, una división entre los que decidieron adaptarse a algo que aceptaron como evolución y entre los que entendían la evolución como algo más allá de su entendimiento y en lo que no podían, al menos no debían, intervenir.

La muerte de Pania, ese estado físico que confundió a Faes y despertó en él los sentimientos que había desarrollado desde pequeño en su comunidad puritana, no era en realidad algo importante, era más bien un estado temporal. Faes al parecer había olvidado cómo Pania y él habían llegado a conocerse.

El ejército de la Confederación es pluricultural y muy respetuoso de las tradiciones de los diferentes grupos a los que pertenecen los soldados y sus familias, por eso todas las celebraciones con significado cultural son aceptadas y practicadas. Hay unidades formadas totalmente por miembros de una comunidad y casi siempre los puritanos tienen sus propias unidades en las que las Lunas, y a veces hasta los 1.1, no son aceptados.

Faes había sido casi una curiosidad en Solomon 7 desde que se enlistó. Con sus Lunas ninguna unidad de puritanos iba a aceptarlo y siendo un puritano sería difícil para él adaptarse a cosas como la pérdida de una Luna. El instructor Aictus simplemente le ordenó formar con los 1.1 y con los Soles.

El cuerpo de Pania fue velado en una ceremonia organizada por los puritanos menos ortodoxos para permitir que Faes pudiera cerrar ese libro, un libro que resultaba doloroso ya que Pania simbolizaba la conciliación entre el gusto de Faes por las experiencias que le brindaba el entorno y entre su familia y sus tradiciones. Aunque la muerte de Pania no fuera algo importante, para Faes significó la ruptura de uno de sus lazos con su pasado, más específicamente con esas vacaciones en Arminium 300.

La oración de la mañana, un momento en el que todas las Lunas de la unidad se arrodillan, cierran sus ojos y repiten unas palabras y una serie de números fue algo a lo que Pania, Claera y Ladda se adaptaron inmediatamente y algo que Faes dio por sentado como un mero símbolo de comunión entre las Lunas. Los abuelos y a veces hasta los padres de Faes participaban algunas veces en rituales parecidos, rituales que para Faes fueron convirtiéndose en símbolos de algo cuyo significado se había perdido hace mucho tiempo. Aquel momento sin embargo posee un significado que Faes descubriría con algo de ayuda de su instructor.

El daño neuronal, común en casos en los que un Sol pierde una de sus Lunas o a todas ellas, pareció no haber afectado a Faes después de la muerte de Pania. El instructor Aictus había visto muchos casos de soldados en estado vegetal por cuenta de toda clase de ataques antes de ser enviado como instructor a Solomon 7, él mismo había sufrido un ataque malintencionado que le dejaría un leve temblor en las manos y una incómoda dificultad al hablar que se le hacía odiosa pero que lo definía e imprimía todavía más carácter a su personalidad.