El príncipe y el plebeyo (yaoi/gay) [#FNAFHS]

¡No soy una máquina!

¿Por qué? ¿Por qué era imposible que fuesen felices? ¿Por qué el destino quería que sufrieran? O, bueno, al menos que Freddy lo hiciera. Cuando al fin había logrado que el parásito no se interpusiera en su relación, Golden desaparecía. Hacía una semana que no lo veía. ¡Incluso había faltado varias veces a las prácticas! Y no tenía noticia alguna de él. Estaba tremendamente preocupado por su novio. ¿Y si le había pasado algo? ¿Y si estaba gravemente herido? ¿Y si no quería volver a verlo? ¿Y si ya..., ya no lo amaba? No, no, no debía pensar en eso. Tal vez..., sólo estaba ocupado. Sí, sí, eso debía ser. Debía dejar de lado los pensamientos negativos. Pero era muy difícil y la idea de que él ya lo había olvidado le aterraba.

—¿Freddy?, ¿estás bien? Te noto algo distraído —comentó la única chica dentro de la banda preocupada al notar que se había quedado mirando a un punto fijo.

—No, yo... —susurró algo desorientado, sin mirarla—. ¿Saben algo sobre Golden? —Se giró a ver a los otros miembros, quienes también lo miraban.

—¿Golden? —susurró Chica, algo triste—. Creí que tú sabrías algo. —Freddy sintió una molestia en su interior. ¿Por qué le ponía tan triste no ver a su novio? ¿Quién era ella para preocuparse tanto por él? Pero luego se sintió completamente estúpido. Chica también era amiga del rubio, ¿cómo no se iba a preocupar?

—Crees que sería..., buena idea..., que vaya a verlo? —le preguntó.

—Claro, es una gran idea. —Su amiga le sonrió—. Son pareja, después de todo ¿no? —Esta vez fue él quien sonrió. Aún no podía creer lo bien que se habían tomado su relación, a pesar de ser ambos chicos. Agradecía que sus amigos fuesen tan abiertos de mente. No podía haber elegido mejores. Y por eso no debía sentirse celoso de su amiga.

—Pero no sé dónde vive... ―susurró triste. ¿Qué clase de novio era que no sabía dónde vivía su pareja?

—Oh, yo lo sé —comentó Foxy, quien estaba oyendo atentamente la conversación ajena. Pero al instante se retractó—. N-no porque haya ido ni nada por el estilo. —Su actitud tsundere salió a la luz. Chica lo miró ilusionada.

―¡Gracias! —dijo, para abrazarse a él. Las mejillas del pelirrojo se mezclaron con su cabello, logrando pasar del chico más rudo al más adorable en un instante.

Una vez supo su dirección, Freddy partió a la casa de su novio.

•••

Ding-dong.

Tocó el timbre de aquella mansión, porque eso no se podía considerar una casa normal. Quedó asombrado cuando Foxy le dijo que allí vivía su novio. Sabía que su familia era millonaria pero jamás pensó que vivieran en un lugar tan inmensamente grande, lujoso y, por sobre todo, costoso. Incluso llegó a sentirse intimidado por la inmensidad de ésta. Comenzó a sentir que no era suficiente para él. Después de todo, Golden era un príncipe y él nada más que un simple plebeyo como todos los demás.

—Casa de los Golden. ¿En qué puedo ayudarle? ―preguntó una voz formal desde el otro lado. Freddy se sorprendió un poco al escucharla.

—Quería... Quería saber si p-podía hablar con G-Golden —tartamudeó nervioso. ¿Por qué? Esa voz lo intimidaba de una forma que no lograba comprender..., como si no augurara nada bueno..., como si trajese la desgracia a su vida...

―Si quiere hablar con el señor Golden, él ha salido. Tendrá que esperar su regreso. Por otro lado, si lo que usted desea es hablar con su hijo, me temo que eso será completamente imposible. —Lo último le extrañó. ¿Imposible? ¿Por qué? ¿Qué le pasaba a Golden? Todas esas preguntas quiso hacer, pero, antes de que siquiera pudiese abrir la boca, el hombre le cortó con un sonoro biiiip que quedó resonando en su mente durante algunos segundos más.