Hola, Fred...

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—Tengo..., tengo doble personalidad. Quien le hizo no sé qué a la chica de intercambio no fui yo, fue..., fue Fred...

Al fin había soltado todo aquello que hacía que la mochila que llevaba sobre sus hombros fuese más y más pesada. Ahora sentía una carga menos. Confiar es la base de una relación ¿no? Pero Golden no reaccionaba... ¿Y si no le creía? ¿Y si pensaba que le estaba mintiendo? ¿Y si no..., y si no quería que se volviese a acercar a él?

—¡No es mentira! —dijo, antes de que su..., cual fuese la relación que los unía, hablara. No quería perder a nadie más por culpa de él—. Fred ha..., ha estado conmigo desde..., prácticamente desde que nacimos. Siempre ha intentado arruinarme la vida. Él no..., ¡él no quiere que yo sea feliz! ¡Sólo se preocupa por él y por su «sueño»! —Las lágrimas no dejaban de trazar camino por sus mejillas. Si había alguien quien quería que se quedase a su lado a pesar de su enfermedad, era él..., sólo él...—. Por favor, sólo..., sólo quiero que tú me creas. Sólo necesito que me creas...

No podía aguantarlo más. Odiaba verlo llorar y el que lo hiciera por su culpa hacía que sintiera el dolor más agudo que alguna vez haya sentido. Pero no podía creerle. Lo que le estaba diciendo quien creía era su novio era muy difícil de asimilar. Necesitaba pruebas de que lo que decía era verdad...

—Quiero..., quiero conocerlo —dijo, sin mirarle a la cara. Freddy levantó su cabeza, la cual había escondido entre sus manos, y lo miró a los ojos, aunque éste evitaba su mirada.

—¿Q-qué? —preguntó desconcertado.

—Quiero conocer a Fred. Si..., si lo que tú dices es cierto entonces no habrá problema ¿no? —Una parte muy grande de él, la que era mandada por su corazón, le pedía, le rogaba creerle; pero su lado racional se lo impedía. Todo era..., demasiado extraño. Estaba realmente aturdido con todo lo que estaba pasando.

Freddy no era el único que se había sorprendido con la petición de su novio. Fred también estaba igual o más asombrado por aquello. ¿El castaño en verdad iba a dejarle voluntariamente el control? No podía creerlo.

—Yo... —No sabía qué hacer. Si dejaba a Fred libre podría hacer de las suyas y lograr que Golden y él se separasen; pero si no lo hacía, perdería al rubio por algo que ni siquiera fue su culpa y que, es más, trató de impedir. Estaba entre la espada y la pared. Con ambas decisiones corría el riesgo de perder a la persona que amaba. Y lo peor es que eso no dependía de él, sino de la «persona» que más odiaba. Pero no le quedaba otra alternativa—. Está..., está bien... —Todos se sorprendieron por eso. Sobre todo Fred, quien miraba al castaño desconcertado.

«—¿Tú me..., dejarás controlar..., por voluntad propia?», preguntó la doble personalidad.

—No es por voluntad propia. Tú metiste la pata, tú lo resuelves —comentó Freddy, sin importarle si Golden lo veía como a un loco –cosa que estaba haciendo– por hablar «solo», después de todo, luego comprendería.

—Freddy, ¿qué...? —intentó preguntar Golden, cuando el castaño se agarró fuertemente la cabeza. El rubio posó una mano en su hombro, preocupado por lo que le pasaba, pero cuando éste volvió a abrir los ojos, ya no era su osito. Y lo notó con sólo verlo. Su mirada alegre, tierna y algo tímida había pasado a ser una extrovertida, muy segura de sí e, incluso, algo arrogante en tan sólo un instante—. ¿Freddy?

—Freddy ya no está. Mi nombre es Fred. —Hasta su forma de hablar había cambiado. Se lo notaba mucho más seguro de lo que decía. Pero todo era demasiado irreal para creerlo. Golden se levantó y se alejó un par de pasos de Fred, con los ojos muy abiertos. El castaño también se puso de pie.

El príncipe y el plebeyo (yaoi/gay) [#FNAFHS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora