Las cartas de S, © | Shadonic

Capítulo 3

Capítulo
tres

Se arriesga demasiado con el simple hecho de que sus dedos tomen la carta tras pasar al lado del casillero; un gesto rápido que causa cierto temblor en sus manos cuando varios estudiantes dirigen ojos confusos en su dirección, risitas entre dientes escapando de los labios de un par de chicos que solo siguen su camino. Y por un momento, en el que el erizo esconde de forma apresurada aquella mano, siente entonces cómo el corazón le golpea en el pecho; el sonido retuma en sus oídos y él pide calma a los nervios que cruzan su espalda durante unos efímeros segundos.

Porque esa hoja no es suya y eso solo puede significarle una cosa: Shadow ha respondido su carta.

Quizás no es demasiado, quizás es solo una ilusión tonta; pero es otro avance el que al menos ya no sea ignorado tras unas semanas en las que cuenta cualquier cosa que pueda interesarle al erizo azabache. Después de todo, Silver ha conseguido demasiada información interesante capaz de ayudarle.

Porque resulta que tienen muchas similitudes.

O al menos lo pensó…

“¿Algún día dejarás de acosarme? Me estás hartando. Llevas un mes con esas cartas. ¡Ya déjame en paz!”
—Shadow.