Sospechas

1.3K 87 29
                                    

—No, Mai. Zuko no es esa clase de persona. Él no sería capaz de engañarte-

—No he dicho que vaya a engañarme, Ty Lee. Es sólo que... —susurró Mai mirando a todos lados.

—Mai —Ty Lee la agarró de los hombros y la miró comprensivamente—. Es normal sentirse insegura a nuestra edad, pero, recuerda que eres muy hermosa —le levantó la barbilla—, y si Zuko, por alguna razón, no sabe valorarte, yo misma le patearé el trasero —Mai sonrió débilmente frente a su amiga. Esta situación con Zuko y la morena la había descolocado y mucho. Nunca se permitía mostrarle sus sentimientos a alguien por más de unos segundos y menos andar hablando de ellos, pero, Ty Lee era la persona en la que más confiaba y su mejor amiga—. Ahora vayamos al gimnasio, me muero de ganas de bajarle la autoestima a un par de jugadores de fútbol —Ty Lee le sonrió maliciosa y arrastró a su amiga hasta el gimnasio.

•••••••

—Toph... ¿crees que Zuko se interesaría en mí? —preguntó dudosa mientras tiraba pelotas para que su amiga las atrapara y soltaba algunos pequeños suspiros.

—No lo sé, Tara, pero al menos podrían ser amigos. Como So- —se interrumpió.

—¿Cómo quién, Toph? —inquirió Katara curiosa.

—Nadie, olvídalo. Pero puedes averiguarlo. Ya sabes, ahora que tienen el gran y dichoso proyecto.

—A propósito, ¿cómo te va con Sokka?

Toph se quedó tiesa en su lugar "mirando" incrédula a Katara. Las mejillas se le colorearon y bajó la mirada, avergonzada.

—Ka-Katara, ¿q-qué demonios dices?

Katara le puso una mano en el hombro a su amiga. Sabía que le gustaba Sokka aunque ella nunca se lo hubiese contado.

—Toph...

—Mai —dijo ella, Katara le puso cara fea.

—Toph, no es gracioso, y no estam-

—No, Katara, Mai está entrando ahora.

—¿Qué? ¿Cómo lo sabes? —Katara volteó su cabeza hacia la puerta del gimnasio y se encontró con Ty Lee y Mai.

—¿Quieres quedarte? ¿Aquí? Quiero decir, ella...

—No tengo nada que temer —dijo Katara decidida. Toph se encogió de hombros.

—Mai, si quieres-

—No. No me ha hecho nada. Aún —susurró.

—Hey, Roca, ¿una partida?

—A la Roca no le parece justo jugar con una pequeña niña ciega como tú.

—Ah, ¿si? ¡Pues esta pequeña niña ciega te va a dar una paliza! —gritó Toph señalando a la Roca.

—A la Roca no le gusta cómo le estás hablando. La Roca acepta tu reto.

—Oh, pero si siempre lo haces... —susurró Toph maliciosamente.

—¡Vamos, Bei Fong! —gritó Ty Lee igual de entusiasta que siempre ante la mirada incrédula de Mai— ¿Qué? —le dijo a su amiga. Mai solo negó con la cabeza.

—¡Vamos, Toph! ¡Acaba con él! —gritó Katara, entusiasta.
Mai rodó los ojos, sabía que Bei Fong era una increíble deportista y le gustaba lo que hacía, pero eso no significaba que la iría a alentar a voz en cuello. Era ridículo y humillante considerando que ni siquiera se hablaban.

Entonces lo vio. Mientras la morena levantaba sus brazos alentando a su amiga, la manga de la blusa se le bajó permitiendo ver un nombre escrito con su caligrafía. Zuko.

Como presintiendo lo que estaba a punto de hacer su amiga, Ty Lee la agarró por la muñeca. Mai volteó a verla. La muchacha con trenza solo negó con la cabeza.

—Solo voy a hablar con ella —dijo soltándose del agarre de la chica y caminando hacia la de ojos azules.

Katara vio acercarse por el rabillo del ojo a Mai. Inconscientemente se pasó la mano por la muñeca izquierda, dónde llevaba el collar de su madre como pulsera, ya que el colegio no permitía usar collares y ella no quería, de ninguna manera, separarse de la última pertenencia de su mamá.

Sin darse cuenta borroneó el nombre que se había escrito durante la clase de historia, cuándo se sentaba detrás del pelinegro y había olido su perfume.

Mientras Mai se acercaba un grito de Ty Lee la detuvo.

—¡Imbécil! ¡¿Quién te dió permiso para tocarme?!

—Cálmate, princesa, no haré nada que no te guste —normalmente habría dejado que Ty Lee se las arreglara, por que sabía que ella podía, pero había algo en la forma en la que habló ése sujeto que la hizo voltear.

—No me toques —enfatizó Ty Lee, el chico moreno parecía ser un pulpo por cómo se las arreglaba para seguir poniéndole las manos encima a la acróbata.

—Pero si nos estamos divirtiendo mucho, preciosa -—estuvo a punto de robarle un beso al cual la chica se resistía con todas sus fuerzas cuando un balón le estampó en la cara.

—¿Estás sordo o qué, pedazo de imbécil? Te ha dicho que no —Toph miraba ausente al suelo mientras apuntaba a la cara del chico que había estado molestando a Ty Lee. Le asqueaba esa clase de chicos.

—¡¿Qué te pasa, niña tonta?! ¡¿No sabes quién soy yo?! —dijo mientras se acercaba amenazante a Toph.

—Quédate, dónde estás. Si no quieres que te den una paliza —susurró mortífera Mai interponiéndose entre el chico y Toph.

—¿Que pasa, linda? ¿No prefieres mejor que nos vayamos de aquí? —dijo retomando su actitud de galán. Mai no quito su cara de siempre y le propinó un buen golpe.

—¡Bien hecho, muñequita! ¡Buen golpe! —dijo Toph al escuchar como el 'intimidante' moreno caía al piso.

Mai, la miró y asintió, Toph le hizo una seña y se dirigió hacia Katara, mientras que Mai se fue con Ty Lee.

—No lo entiendo, creí que querías hablar con ella.

—Tú necesitabas mi ayuda.

Ty Lee sonrió y abrazó a la pelinegra.

—Eso estuvo cerca, Tara.

—¿A qué te refieres?

—¿No te diste cuenta?

—¿De qué?

—Si no hubiese sido por el escándalo que armó Ty Lee, no habría podido atinarle.

—¿Por qué crees que Mai haya venido hacia aquí antes de ello?

Toph se encogió de hombros y caminó hacia la salida. Katara miró una vez más hacia Mai y Ty Lee antes de seguir a su amiga. Al menos solo quedaba una clase para que puedan ir al laboratorio.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 03, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Don't Let Me Down [HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora