Después de una larga conversación a ciegas,
de esas que son tantas y tan tontas,
me dispongo a olvidar tu voz, serena por momentos,
distante en los espacios, hiriente en las metáforas.Me dispongo, como he dicho, a discutir conmigo mismo
sobre la conveniencia de odiarte o de quererte,
de intentar intentos para olvidar un solo gesto de tu vientre.Mis argumentaciones están listas para echarlas, calientes, de mi boca.
Están listas para deslizarse sobre algo, no sé el qué,
que me envíe tus señales difusas en un radio
que parta de mi ombligo hasta un cuello
que no quiero sea el tuyo, ni el de ella, ni el de él tampoco.Quiero un cuello de cisne para mi solo,
para no tener que compartirlo
con los suspiros de aquella desconocida
en la que me escondo noche sí y día también.Quiero un cuello de cisne
con el que alzarme hasta la muerte
y una vez allí besarla,
darle vida, darle simiente.
ESTÁS LEYENDO
Poemas de madrugada
PoetryDiferentes poemas escritos en diferentes momentos de este gran misterio que es la vida.