La pequeña sirenita sonrió, inflando sus famosos cachetitos regordetes.
Randy casi cae al mar por el susto. Sus ojitos se abrieron enormes ante la incredulidad de ver ahí en medio de él mar profundo a una niñita que nadaba... Y lo peor era que no tenía pies, sino que una cola de pez con escamitas irisdicentes brillaban por el sol.
Randy quiso gritar, pero la valiente sirenita tocó la mejilla pecosa del miedoso niño, y Randy se calmó. Pudiendo observar la mirada de aquella nueva amiga.
—Ho...—hola, dijo Randy por fin, seguro de que había escuchado a la sirenita hablar.
—Hola, sonrió más ampliamente la pequeña.
—¿Tu eres un tipo de pez? —Randy sonrió algo temeroso.
La sirenita sonrió y un pequeño brillo lleno de maldad cruzó por su angelical carita. —en realidad soy una enorme ballena que se come a los niños con cositas feas en su rostro.
Randy se alejó de la orilla del puente poniéndose de píe de un brinco. —Es... ¿Es broma verdad?.
La sirenita comprendiendo que probablemente mataría al ingenuo niño de un susto decidió parar... —eres un humanito aburrido y menso. Soy una sirenita.
El niño la observó y empezó a reír a todo pulmón.
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Cuento para mi niña bonita
PovídkyEste es un homenaje personal a tres años de amistad. Hemos aprendido a crear lazos desde la distancia. Y por el tiempo que dure, tu amistad es mi mayor tesoro. Para tí Adjani Dogre Bauer.