Un Amor Peligroso (Jeff the Killer) (Editando)

Capítulo 2

Capítulo 2:

"Ve a dormir" dijo aquel extraño chico para luego salir corriendo. Limpié las lágrimas que tenía en el rostro y fue entonces cuando sentí aquel objeto que dejo el chico en mis manos, eran mis lentes. Aquel chico se acercó a mí con un cuchillo en su mano, lo puso en mi cuello haciendo que llorara del miedo y todo fue solo para entregarme mis lentes, ¿Qué rayos le pasaba? Y además me dice "ve a dormir" ¿Cómo podré dormir ahora? De seguro que no dormiré en varios días.

De repente se escuchó la canción Playing God de Paramore, que a esta hora y en este lugar se oía tétrica. La música provenía de mi bolso, ese era mi tono de llamada. Sin siquiera mirar el celular supe que era mi madre, debe estar preocupada. ¿Cuánto tiempo habré pasado aquí? No contesté el teléfono porque no estoy segura de como sonará mi voz en este momento, ni siquiera estoy segura de poder hablar ahora.

Me puse mis lentes que estaban rotos, pero aun así podía ver bien, bueno no totalmente bien, pero era mejor que no tenerlos.

Tomé mi celular y vi la llamada perdida de mi madre. Ya eran las 22:00 hrs. Estuve una hora, solo una hora en este callejón y a mí me pareció un día entero y mucho más. Para no preocupar más a mi mamá le envié un mensaje de texto, "Mamá estoy bien, solo me retrasé por un pequeño problema, ya voy a casa". Envié el mensaje y empecé a caminar fuera del callejón, probablemente nunca más tomaría ese "mágico atajo", es más, nunca me volveré a acercar a ese callejón. Quise mirar a los vagabundos, quería saber qué les había hecho el chico, pero una parte de mí me aconsejó no hacerlo, de seguro les pasó algo tan horrible que me arrepentiría en cuanto los viera. Estoy segura de que hasta me sentiría culpable de lo que sea que ese tipo les haya hecho.

Intenté limpiarme la cara, por suerte tenía un espejo en mi bolso, no era mío, tenía las letras L.M. escitas al reverso del espejo, - Gracias Lily – dije en voz alta sabiendo que nadie me escucharía. Lily siempre guardaba sus cosas en mi bolso, siempre que la profesora la regañaba por maquillarse en horas de clases decía que eran mis cosas y las metía en mi bolso, y los profesores nunca me regañaban ya que tenía buenas calificaciones y además un buen comportamiento en la escuela. Me miré en el espejo y pude ver mis lentes quebrados y chuecos, mis ojos rojos e hinchados, mi pelo desordenado, mi camiseta rota y mi mejilla derecha con sangre seca, arreglé mi cabello amarrándomelo en un colita, limpié un poco mi cara y ahora solo se notaba el rasguño y un poco de sangre – No se ve tan mal – me dije a mi misma, además si decía que intentaron asaltarme, sería una excusa muy creíble, el problema era la chaqueta de mezclilla que traía, estaba sucia y tenía algunas salpicaduras de sangre así que decidí sacármela y tirarla por ahí, por suerte traía un polerón (sudadera) en el bolso, soy un poco friolenta así que siempre llevaba uno conmigo, y listo, ahora parecía una chica normal con un rasguño en la cara.

"¿No dirás la verdad?" Preguntó esa voz dentro de mi cabeza. Y la respuesta era no, no y punto. Ahora el por qué no lo diría es algo más complicado... la respuesta la tenía, pero no quería aceptarla porque... no diría la verdad para no delatar al misterioso chico. Es extraño, pero no podría delatarlo, él me salvó, de una manera poco convencional, pero lo hizo.

"Si alguien se entera de esto, y lo harán, serás cómplice de homicidio e irás a la cárcel" Me recordó la misma vocecita. Pero aun así no diría que el extraño chico de blanco detuvo a esos 3 vagos ¿por qué eso hizo o no? "No importa, no voltees" me dije y no lo hice. Y ahora que lo pienso tampoco podría delatarlo aunque quisiera, ni siquiera lo vi bien, estaba en shock y sin mis lentes, no me pueden culpar por ser casi ciega sin lentes. No, no pueden hacerlo.

Empecé a correr en dirección a mi casa, alejaría todos los pensamientos de lo que ocurrió en el callejón. Nadie se enterara de esto, me prometí, al menos nadie se enterará de mi participación en esto.