Trátame suavemente| [Matias Fernández]

Capítulo 43: "La decision"

Todavía no esta segura de lo que estaba haciendo pero ya que, seguí caminando. Hoy por fin, volvería a la casa de la Señora Alejandra y él Señor Matias. No habia venido hace como una semana porque no me sentía preparada, no me sentía lista para afrontarme a todo lo que significaba, de hecho aún no lo hacia pero sin embargo tenia que volver en algún sentido. Y creo que al fin era el momento. Tenia que sacar fuerzas de donde fuera para hacerlo. La culpa de todo esto no era de los niños, no era justo que ellos salieran perjudicados, ellos menos que nadie.

A penas llego paso a ver a los niños a sus piezas, ya que abrí con la copia de llave que tengo. Todos estaban durmiendo, felizmente durmiendo. Los tres parecían unos angelitos durmiendo, les sonrió y me preparo para ir a hacerle alguna leche o algo para el desayuno. Sin embargo en la cocina termino preparando chocolate caliente que esperó les guste más. Llevo las cosas en el plato, antes de ir a dejarle las cosas a los niños paso a la pieza de don Matias, ¿Por que? No lo sé, solo porque me dieron ganas de verlo dormir. Verlo y recordar cómo fue nuestra relación antes, las cosas que habíamos vivido, y lo mucho que lo quería, aunque ahora no podía asumir que lo seguía queriendo sabia que en el fondo de mi corazón seguía siendo asi. Aunque todo se va a la mierda cuando miro la pieza y veo a Matias abrazado de otra mujer, que no sé quien es porque no se le alcanza a ver la cara por las sabanas.

Esa imagen basta para terminar de romper mi corazón, no sé porqué si ya me podía imaginar cualquier cosa de Matias, pero aún así esperaba que no me olvidará tan rápido, por algo me había llamado todo estos días ¿no? Pero veo que no es así, que al final no me había extrañado tanto.

La mujer se apoya en Matias y recién ahí veo su rostro, es la señora Alejandra, mientras esta con la camiseta del Milán de Matias. Acabo de decir que cada vez me sorprendía más Matias y esta era otra imagen de eso tanto que no pude evitarlo y mis manos no resisten el peso de la bandeja que llevaba en mis ellas y cayo al piso rompiendo todas las tazas que iban arriba. Y obviamente despertaron los dos, el rostro de la Señora Alejandra no cambia demasiado pero él de Matias se llena de sorpresa y después de culpa.

-Oh... D- Di... Dis... Disculpen-. Es lo único que logro articular. Mientras empiezo a recoger todas las cosas.

-Agnus, cuidado, no recogaís así las cosas-. Dice Matias, desde la cama mientras trata de levantarse pero la Señora Alejandra sigue casi encima de él-. Alejandra, por la chucha correte un poco.

Matias al fin sale de abajo  del enredo de piernas que tenían y se acerca a mi.

-Cuidado, Agnus. No tomí las cosas así-. Dice un poco más fuerte pero yo lo sigo haciendo. No quiero verle la cara-. A ver, Agnus. Deja ayudarte.

-No-. Susurro, pero Matias sigue tratando de ayudar para que no me corte las manos-. No Matias, sueltame-. Le gritó cuando me agarra las manos-. SUELTAME MATIAS-. De alguna me suelto y salgo corriendo. En el camino me encuentro con las dos niñas que notablemente se alegran de verme pero no puedo quedarme con ellas, no quiero seguir en esta casa. El encontrarme con esa escena en la cama de Matias me choca.

-Agnus, espera.

-No Matias, no quiero quiero esperar y no me toques.

-Esta bien, no te voy a tocar pero te quiero explicar que acaba de pasar.

-No, no te preocupí, entiendo bastante bien. Te tiraste a tu ex, igual como lo hiciste con mi Mamá y conmigo.

-No es eso Agnus. Deja explicarte

-No. Me voy.

-¿A donde vas?

La decisión la toma a penas lo vi en la cama.

-Renuncio.

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