Capítulo 5 - Intimidación

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Para mi alivio, Harry se fue a la universidad y me quedé sola en la casa con la Sra. Briffen. Hice lo posible por evitarlo esta mañana, pareciendo estar ocupada en la cocina mientras ayudaba a lavar los platos. Él parecía molesto conmigo de todas formas aunque lo pude ver echándome un vistazo de vez en cuando pero probablemente era por curiosidad, no lujuria.

Sabía que solo nos habíamos conocido adecuadamente esa mañana y que apenas hemos hablado pero había una alta posibilidad de que Harry no estuviera atraído por mí… lo que pensaba que era genial. Todo lo que deseaba era que se mantuviera ignorándome. Los chicos como él están obviamente más interesados en chicas bonitas, con ojos azules y rubias.

Si, Sr. Richard, escogiste bien, Já.

Por la tarde recorrí la mansión, viendo por primera vez con la luz del día, las cortinas de terciopelo estaban abiertas. Noté que  los techos eran muy altos mientras iba hacia el segundo piso por una de las dos escaleras en espiral que se encontraba enfrente de la otra. Era duro creer que este sitio fuera solo para una persona.

Me aventuré por los largos pasillos, caminando con cuidado por los azulejos de cerámica. Había de todos los tipos de obras de arte enganchados en las paredes pero eran sosos y les  faltaba color. Quizá no sabía apreciar el arto.

Me pareció raro que no hubiera ni una foto familiar hasta que vi un gran retrato de dos personas al final del vestíbulo. Por alguna razón, me vi obligada a mirarlo de cerca. Era una mujer con el cabello negro, muy bella en mi opinión con un pequeño niño sentado en su regazo.

A pesar de que el niño tenía el cabello liso, con un corte de tazón, se parecía a Harry. Asumí que la mujer era su madre. No parecía que estuvieran posando, ya que sus sonrisas parecían sinceras. Y aunque solo hubiera dos personas era una bonita foto familiar.

“¡Thalia!” Salté cuando oí a la Sra. Briffen llamándome. Me alejé del retrato y salí corriendo por el pasillo.

La casa era enorme y tuve problemas para recordar por donde había venido. “¡Thalia!” Gritó de nuevo, su voz temblando.

“¡Voy!” Le grité, llegando finalmente a las escaleras.

Corrí hacia abajo y me acerqué a la Sra. Briffen, quien estaba mirando afuera por la ventana de la sala de estar. Tenía sus manos sobre su boca mientras se giraba hacia mí. “Hay un chico fuera, está llamándote.”

Corrí las cortinas hacia los lados y divisé a mi hermano. ¿Qué está haciendo aquí?

Empezó a saltar y a saludar cuando me vio. “Es mi hermano.” Le dije a la Sra. Briffen, dejándola sorprendida mientras corría hacia la puerta de la entrada.

Rápidamente Jakey me abrazó cuando abrí la puerta. “¿Qué estás haciendo aquí? Pregunté, tirándolo hacia atrás por sus hombros. “Podrías meterte en problemas si esto llegara a Richard. ¿Cómo me has encontrado?” Miré detrás de él, esperando encontrar algún tipo de transporte. “¡No me digas que has caminado hasta aquí!”

“¡Tomé un taxi, Lia! ¿Quieres dejar de preocuparte?” Respondió, una sonrisa haciéndose presente cuando acabó. “¿Qué llevas puesto?” Se rió, entretenido con el largo, vestido vintage que llevaba. Era la única ropa decente que tenía en la bolsa de deporte que me dieron.

“No es divertido, Jakey. Ahora, ¿Me vas a decir qué estas haciendo aquí?” Pedí, cruzando mis brazos.

Cogió la mochila que llevaba y me la dio, “Ropa para ti. Mamá sabía que esto pasaría.”

Tome la desgastada mochila, un poco decepcionada de que mi madre no hubiera venido. Pero sabía que Richard complicaría las cosas y convertiría nuestro encuentro en un problema si lo averiguara. Ya era peligroso para mi hermano estar aquí. Richard podría aparecer en cualquier minuto.

“Gracias, Jakey.”Revolví su pelo. “pero necesita irte ya.”
“¿Cuándo vas a venir a casa, Lia?”

“pronto, espero. No creo que a esa gente le guste mucho. Tengo el presentimiento de que me enviarán de vuelta.” Expliqué.

“Tú estás emm… Te han hecho…”

“No.” Dije. “No te preocupes. ¿Cómo está mamá?”

“Tuvo un dolor en el pecho cuando te fuiste. Se está recuperando, eso es por lo que no ha venido. Pero ella dice que está bien.” Me dijo mientras la punta de sus nuevas zapatillas pasaron por la cerámica del porche, sus manos ocultas detrás de él.

“Oh no…” Mi voz se quebró. “Cuídala, Jakey.”

“Lo haré. ¿Estás segura de que volverás pronto?”

“Estoy casi segura” Sonreí.

“Darren vendrá a visitarnos en unos pocos días.” Me informó Jakey, su cabeza levantándose. “Está muy enfadado por esto. Sonaba furioso por teléfono.”

“Eso está  bien.”

Darren era alguien a quien quería ver a parte de mi madre. Si hubiera estado la noche en la que Richard y sus hombres me agarraron, las cosas habrían sido de otra manera. Él era resistente y sabía que él hubiera hecho todo lo posible por protegerme. Confiaba en el como si fuera de mi familia.

“¿Te gustaría entrar a tomar una bebida?” Ofreció la Sra. Briffen.

“No gracias yo-”

Jakey fue cortado cuando se ecuchó el ruido de un motor acelerando. Me miró preocupado, sus pupilas dilatándose mientras permanecía congelada por un momento. “V-Vete Jakey. ¡Ahora!” Rogué.

“Adiós, Lia.” Murmuró la última declaración antes de desaparecer rápidamente detrás de algunos árboles. Era una ruta absurda para tomar pero él era inteligente y confiaba en que encontraría el camino de vuelta.

El obvio portazo de la puerta del coche llegó a mis oídos y cerré la puerta de la entrada. Corrí dentro de la casa e intenté integrarme en el ambiente inherente, asegurándome de que nada se viera incorrecto.

La Sra. Briffen me miraba mientras ataba los mechones de mi pelo en una coleta y me movía por la sala de estar, pensando dónde debería estar. Jadeé cuando la puerta fue abierta. Sentí mi pulso acelerar mientras Harry entraba con sus puños cerrados y apretados. En ellos, sostenía unos papeles arrugados.

Sus cejas descendieron, sus ojos conteniendo un protuberante fuego. La puerta sufrió otro violeto empuje mientras se cerraba fuertemente. Harry caminó hacia adentro, sus ojos oscuros mirando alrededor.

“¡Esta es la tercera vez! ¡La puta tercera vez!” Escupió, sus dedos pasando por su pelo.

“Estoy segura de que lo harás mejor en el próximo examen.” Dijo la Sra. Briffen.

“No va a haber otro examen. ¡Renuncio!” Gritó

“Eso no es necesario, estoy segura-”

Miedo llenó mi sistema cuando el chico furioso lanzó violentamente los papeles que sostenía a la pobre mujer. Ella dejó escapar un fuerte jadeo mientras su cara se contorsionaba en angustia, su constante sonrisa desapareciendo abruptamente.

Mis dedos empezaron a temblar cuando Harry se giró hacia mí, sus sobrecogedores ojos perforándome por dentro.

Sentí un bulto en mi garganta cuando agarró mi mano, Energéticamente tiró de mí hacia las escaleras, mientras mis débiles intentos de resistir fallaron.

Baby Doll (Harry Styles) TraducidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora