(POV Bäel)
Su respiración estaba entrecortada, notaba como pequeñas gotas saladas se deslizaban por su frente. Llevaba corriendo lo que según él habían sido horas. Horas en las que los secuaces del arcángel Zadkiel lo habían estado persiguiendo. Era incapaz de recordar el porqué de aquella persecución. Quizás fuera debido al alma que hace unas semanas había logrado capturar. Puede que el hecho de que el cuerpo al que pertenecía el alma se había quitado la vida y él había logrado apresar el espíritu antes de que el arcángel pudiera perdonar sus pecados. Puede que fuera por el hecho de que él llevara a esa alma al suicidio y el arcángel quería hacérselo pagar. Habían muchos puedes en su mente, muchas ocasiones en las que había hecho enfadar arcángeles. Pero a diferencia de las otras veces, este pensaba tomar medidas.
Notaba el cansancio en todo su cuerpo, sus piernas ya comenzaban a fallarle. Maldijo su cuerpo terrenal por ser tan débil. Sabía que no aguantaría mucho más y, para ser honestos, esperaba que sus perseguidores estuvieran igual o peor que él. Necesitaba pensar rápido, necesitaba una vía segura de escape. Divisó un callejón que él sabía que llevaba a un bosque. Giró su cuerpo desviando su ruta hacia el callejón en una curva cerrada que esperaba que a sus perseguidores no les diera tiempo tomar. Corrió todo lo que sus cansados pies pudieron, adentrándose así en el frondoso bosque con la esperanza de que pudiera deshacer de sus perseguidores.
Siguió corriendo unos minutos más entre la maleza saltando raíces de árboles y esquivando pequeñas madrigueras de lo que él suponía eran conejos. Llegado a un momento miró por encima de su hombro y al no ver ángel alguno exhaló aliviado y recostó su cuerpo en el tronco de un roble. Se deslizó hasta tocar el suelo y hundió su cara en sus manos limpiando el sudor que había en esta. Levantó su cabeza apoyándola contra el tronco cerrando sus ojos intentando regular su respiración. Para cuando hubo logrado calmar los latidos de su corazón. Sintió un fuerte dolor en su nuca, dolor que lo hizo caer al suelo sujetándose el lugar dañado. Se dio cuenta de que había sido atacado por un ángel debido al escozor que sentía en la nuca. Le habían encontrado. Intentó levantarse pero a los pocos segundos el pie del ángel estaba ejerciendo presión sobre su pecho. No era un ángel normal. Era un ángel caído. Un mercenario, al parecer el ángel Zadkiel no se andaba con chiquilladas. Envolvió la bota del ángel con sus manos y la empujó hacia arriba haciendo que la presión disminuyera. Con una de sus piernas golpeó la rodilla de su adversario haciendo que este cayera al suelo. Se levantó lo más rápido que pudo y comenzó de nuevo una carrera. Observó sus manos, estaban llenas de quemaduras.
Siguió corriendo por el bosque unas horas más sin ningún altercado hasta que dio con la salida de este. A lo lejos divisó un gran edificio. Sin pensárselo mucho se acercó con la esperanza de poder quedarse ahí hasta se calmaran las aguas
(POV Astarth)
La puerta del instituto, decorada en la punta de su arco estilo gótico con una gran gárgola, se alzaba ante mí. Con un suspiro adelanto mi pie derecho para alcanzar el primer escalón, pero algo me detiene. Corrijo, alguien que se choca contra mi y me hace caer al suelo. Levanto la vista descubriendo a un chico sudoroso respirando forzosamente. Me tiende una mano para ayudarme a levantarme.
-Escóndeme.- Me dice con ojos llenos de súplica.
- ¿Qué? Ni de coña, soy nueva y me matarán.- me acomodo mi chaqueta negra y me giro. Él me detiene agarrándome del brazo y acercándose peligrosamente hacia mi rostro.
- Por favor, solo unos días.- Me suplica.
- Está bien... Ponte a mi lado y disimula.- Le digo tras pensar en los pros y los contras de mi decisión. Caminamos dentro del instituto en silencio.- Astarth.
- ¿Qué?- Me mira sin comprender.
- Mi nombre, Astarth...
-¡Ah! Bäel.- Me sonríe de lado. Que sonrisa tan seductora, no, callate.
-Encantada.- Asiente con la cabeza y seguimos con nuestro camino.
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Ángeles entre demonios
FantasyFranz Drauk School, una institución fundada hace más de 507 años con el fin de ayudar a diferentes tipos de monstruos a mejorar y controlar sus habilidades. Hace casi 137 años, la escuela sufrió una invasión terrible causada por una nueva instituci...