Sexto día

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Capítulo 11: Parte III

Lauren, 26 de julio; interestatal 95

En el inicio del quinto día supieron hacia donde iban.

En el cuarto habían confirmado que volvían a casa, a su propio país, pero no tenían ni idea de que ciudad sería la destinataria de aquel ejército. Sin embargo, gracias a un plan de Liam al día siguiente, en el cual se habían infiltrado entre los trasportadores, que movían los contenedores de un barco a otro –o aquellas últimas veces de un camión a otro-, habían descubierto que se dirigían hacia la capital del país.

El quinto día supieron que iban hacia Washington.

También habían descubierto que el día de llegada se estimaba que fuera el 27 de julio.

En menos de veinticuatro horas estarían allí.

En aquel momento, Lauren se mordió el labio inferior nerviosa dentro de aquel contenedor; el 27 de julio ya parecía ser un gran día para ella, lo podía notar.

El aviso también llegó a los altos cargos de X Factor haciendo que pusieran la ciudad de Washington en estado de alerta; en estado de posible ataque terrorista.

Lauren solo esperaba que TV y Mahone no se enteraran de que las autoridades estaban al tanto de su llegada, porque aquello solo haría que se echaran atrás y volverían a perderles la pista..., volverían a perder a Camila y a Harry.

-Lauren, ¿me acompañas a buscar comida para hoy?

Entonces, su cabeza se giró para encontrarse con Louis, era la primera vez que le escuchaba hablar en días. Ella tampoco había hablado, pero se podía imaginar que su voz sonaría igual que la de su compañero; ronca, agrietada, dolida, rota...

La motorista negó con la cabeza.

-Eres la única que no ha salido, salvo para cuando has necesitado ir al baño...-pero su respuesta fue encogerse de hombros-. Lauren, por favor.

Sus ojos no se apartaron de los de Louis, los de él parecían decirle que confiara y que aceptara la oferta, pero otra parte de ella no quería moverse de allí. Pero, antes de que se pudiera dar cuenta, Louis se la había vuelto a jugar.

Tal y como hizo antes de Brasil.

Le había teletrasportado sin darle opción a negarse.

-¡Joder, Louis! ¡Tienes que dejar de hacer eso!

Y había tenido razón antes; su voz sonó totalmente rota y gastada.

Sin embargo, pronto se dio cuenta del lugar en el que se encontraba; el lugar al que le había llevado Louis. Volvían a estar en la montaña del cartel de Hollywood, volvían a estar en aquella colina con la ciudad de Los Ángeles a sus pies.

-Tenía que sacarte de allí, lo siento-se excusó rápidamente el británico-. Necesitaba hablar con alguien... con alguien que me entienda ahora.

Y Lauren, dejó de mirar el paisaje que la rodeaba, para volverse a centrar en su amigo. Realmente, era como verse en su propio reflejo; el dolor estaba allí, por todas partes, por cada poro de su cuerpo.

Y entonces, sin otra alternativa se sentó en el césped y cerró los ojos:

-¿De qué quieres hablar?-susurró.

-De los buenos momentos-Lauren ladeó la cabeza mientras cogía una gran bocanada de aire-. Voy a luchar por recuperar a Harry, tengo una fe ciega de que él sigue vivo... Detrás de esos ojos rojos, sé que Harry está ahí. Pero una pequeña voz en mi cabeza no deja de susurrarme, con detalle, cada pelea que hemos tenido, cada mal momento, y no me dejó de preguntar si quizás malgasté el tiempo intentando creer que no era gay, o discutiendo por cosas sin importancia... Si quizás aquel día no hubiera dicho tal comentario, y le hubiera dicho simplemente un te quiero quizás no nos hubiéramos peleado y todo sería perfecto.

Y una vez más, Lauren se vio reflejada en las palabras de Louis; ella no había tenido esa pequeña voz en la cabeza. Ella había revivido cada segundo en la que estuvo delante de Camila justo antes de que sus ojos se volvieran rojos; quizás si hubiera llegado un segundo antes, quizás si hubiera ido con ella en vez de con Harry...

-No existe la perfección-fue lo único que pudo contestar.

-Por eso necesito hablar de los buenos momentos.

Y así fue como comenzó aquella conversación; donde ambos compartieron anécdotas de sus parejas, más Louis que Lauren, pero ambos derramaron su dolor en aquellas palabras que en otro momento hubieran sonado divertidas y felices. Pero, en aquellos momentos no eran así.

-Aún recuerdo el primer día que lo vi-siguió hablando Louis-. En aquella época no tenía el pelo largo, pero si lo suficiente para que se le crearan rizos. Recuerdo como no dejaba de peinárselo siempre, como si fuera lo más importante para él...-él negó con la cabeza, bastante nostálgico-. Nos conocimos en Londres, en la recepción de un hotel en la que esperábamos a Simon y yo fui el segundo al llegar. Y él ya estaba allí.

-¿Qué fue lo primero que te dijo?

-Me confundió con un empleado y me pidió un té bien caliente.

Y a Louis se le creó una triste sonrisa en los labios, pero Lauren no pudo evitar decir:

-Camila me dijo un simple "me gusta tu camiseta"-en aquellos momentos fue Lauren quien se sintió nostálgica y se mordió el labio inferior abrumada por el recuerdo-, y lo mejor de todo es que yo estaba esposada y ella lo pasó totalmente por alto.

Louis tampoco se sorprendió, y a Lauren tampoco le importó.

-Te dejó tan tocada como a mí Harry.

-Cada detalle que iba descubriendo de ella, era como aire fresco que entraba en mi cuerpo... Era como descubrir un nuevo mundo, la cura para alguna enfermedad...-al instante recordó cuando la escuchó recitar en la primera tutoría con Demi; cuando recitó de memoria aquellos libros. O el momento en el que aprendieron a luchar con Sean, y Camila se sentía frustrada por qué no le salía bien. Cuando le puso el mote de Camz y su rostro se iluminó- Era como si fuera perfecta...

Para mí.

-Quizás después de todo, la perfección si existe para nosotros.

-Ella fue la primera persona a quien le conté, con mis propias palabras, lo que me ocurrió en las manos. Sobre mi accidente. En dos años no se lo había contado a nadie y... ella tan solo me aceptó, sin más. Sin preguntar. Y me ayudó tanto... y en cambio yo jamás le he podido ayudar nunca con algo tan importante; yo nunca le pude ayudar con nada de su historia...

-Todos tenemos un pasado oscuro con nuestros dones, créeme, yo también lo tengo-Louis puso su mano en la rodilla de Lauren, para luego añadir-. Bueno, todos no, Harry no lo tiene.

Durante los primeros segundos después de escucharle no lo entendió, por eso decidió preguntarle directamente:

-¿A qué te refieres?

-Él, de alguna manera desconocida, nació con su don. Nadie sabe por qué, ni siquiera los médicos ni X Factor, pero es su don. El fuego está en su ADN desde que nació...-entonces, Lauren palideció recordando un detalle; fue como si la verdad le estallará en la cara-. Oye, ¿qué te pasa? ¿Te has quedado blanca?

-Creo que Camila también nació con su don... Nunca llegó a confirmármelo, pero recuerdo que me dijo que ella no tenía ninguna historia...

-¡Mierda!

Y Lauren supo porque había gritado eso, por la misma manera por la que ella se había quedado blanca. Porque con TV y Mahone no existían las coincidencias, y aquello tenía toda la pinta de que tampoco iba a serlo...

-Tenemos que decírselo a Simon.

Y volvieron a teletransportarse, pero aquella vez hacia dónde se encontraba Simon; aquella vez con la seguridad de saber que habían descubierto porque aquellos psicópatas tan solo se habían centrado en Harry y Camila.

El secreto siempre había estado en sus dones.

Feel Again II: Red (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora