Actualización, amor y depresión

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Era un día ajetreado en Sugar Rush. El azucarado juego de carreras recién había sido actualizado con nuevas pistas, nuevos modelos de karts, nuevos ítems y poderes para las carreras, 6 nuevos personajes: Candy Sweet Apple, Reggie Liquoribbon, los gemelos Aprilady Albarie y Marmalord Melcolm de Peatcher, Cole St. Coke y Cooskar "Cookie" LaCream, y lo mejor de todo, al menos para los corredores, un nuevo diseño de personajes que, apenas terminó el proceso de actualización, convirtió sus adorables cuerpos de 9 años en atractivos cuerpos adolescentes de 19 años. No hace falta decir que todos estaban hiperactivamente entusiasmados (con tanta azúcar en el aire no pueden dejar de actuar como niños).

A modo de celebración y de bienvenida para los nuevos personajes, la presidenta Vanellope Von Shweetz decidió organizar un gran baile que, según las palabras de Vanellope, debía ser la "súper-mega mejor maxi fiesta del año". Todo el Arcade estaba invitado y, como buenos anfitriones, los sugar rushers estaban totalmente agitados organizando todo para que fuera perfecto.

En cada lugar del juego cada personaje se ocupaba en algo distinto, desde Adorabeezle, Nougetsia y Snowanna haciendo esculturas de hielo y postres helados hasta Candlehead, Sticky, Torvald y Minty Zaki encargándose del resto de la comida y postres. Taffyta, Crumbelina y Minty Sakura diseñaban los vestuarios de cada quien y se ayudaban mutuamente con Jubileena y Citrusella que se encargaban de la decoración. Swizzle y Gloyd ayudaban con el "trabajo pesado" y Vanellope supervisaba todo, ayudando cuando fuera necesario e impidiendo que los nuevos personajes intervinieran, pues ellos eran los agasajados. Todos estaban colaborando.

Todos excepto uno, que no quería ni salir de la cama pues el huracán de sentimientos que lo agobiaba no permitía que pensara con claridad.

Este no era otro que Rancis Fluggerbutter, el vanidoso corredor de ojos azules y pelo rubio (ahora más corto) con tema de chocolate y mantequilla de maní, que sufría por dentro con sus sentimientos, antes ya encontrados, pero ahora mucho más fuertes, por la mismísima princesa/presidenta de su juego.

—Vanellope —Rancis suspiro al decir su nombre.

Si antes era linda ahora era toda una diosa: su pelo hasta la cintura, su rostro más perfilado y menos infantil, su cuerpo perfectamente curvilíneo, ese brillo travieso en sus ojos... Se fue a la deriva enumerando sus cualidades.

—Tan hermosa, perfecta, irresistible, inimaginable, incomparable... — suspiro con pesadez— Tan simplemente inalcanzable.

Antes Rancis ya había admitido sus sentimientos, pero no se había atrevido a confesarlos, es decir, acababa de descubrir que la "falla" a la que siempre molestaba (que siempre había llamado su atención) era en realidad la princesa autoproclamada presidenta de su juego. No se sentía listo, simplemente no era el momento.

Sin embargo, luego de la "multipijamada" que se organizó en el castillo el día de la actualización y de la que todos despertaron en sus nuevos, "Y atractivos" -pensó- cuerpos, con solo mirar a Vanellope se decidió "Se lo diré" le había dicho a Gloyd y Swizzle y fue a su encuentro... No contaba con encontrarse a su princesa charlando y riendo junto a Cole St. Coke, uno de los nuevos personajes. Se rompió por completo al ver como él pasaba delicadamente su dedo por la mejilla de ella, que estaba ligeramente colorada. Basta con decir que huyó para explicar su reacción.

Se enteró del baile, pero no ha hablado más que con Swizzle, Gloyd, Taffyta, Candlehead, Crumbelina y Jubileena, y solo porque ellos lo visitan. Prácticamente lo obligaban a competir en las carreras, porque tenía que hacerlo.

3 días de la actualización y apenas ha visto su kart. Que lo usara para correr no significa que se concentrara bien en él.

—¿Cómo fui tan tonto de pensar que podrías quererme? —Rancis comenzó a hablar consigo mismo— Eres una princesa... Bueno, presidenta... Y yo solo soy un tonto enamorado sin nada que ofrecerte. Seguro que ese tal Cole me ganará en todas las carreras (igual que todos), tendrá más monedas que yo, te comprará regalos, te dará un carísimo anillo de diamantes y te llevará a vivir en una mansión con fuentes de soda de vainilla... —suspiró— ... Y yo tuve que pedirte ayuda para construir otro kart porque perdí todo mi dinero con el primero...

Sapito | A Vanillabutter storyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora