De cómo escribir una canción mientras mensajeas con tu novia

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Efectivamente. La corredora de piel oscura y pelo multicolor llegó corriendo, o más bien manejando, hacia donde estaban, junto con las Winter-sis (o Adorabeezle y Nougetsia).

—¿Qué ocurre? —exclamó Jubileena algo alarmada.

—Reunión de chicas en el castillo, ¡Ahora! —la mirada severa de Snowanna les decía solo una cosa: debían irse al castillo ya o ella las iba a llevar, "algo grande debe estar sucediendo" pensaron.

—¿Le sucedió algo a Vanellope? —Rancis se estaba angustiando.

Adorabeezle se adelantó a contestar.

—Espero que no. Minty Sakura nos llamó, sus palabras fueron: Al castillo, YA, hora de charla de chicas, sin excusas, corran la voz. Antes de que pudiéramos contestar colgó el teléfono, sonaba alterada.

—Debe ser importante. Sakura no es fácil de alterar —dijo Taffyta— ¿No les dio una pista o algo?

—Solo dijo que nos apuráramos —contestó Nougetsia—. Avisamos a las demás y ya van hacia allá, si es que no llegaron ya, deberíamos irnos.

—Taff y Nougat tienen razón— hablo Swizzle—, Sakura nunca se altera y si lo hace es por algo importante, deberían irse ya.

—¿Pueden encargarse de Rancis, ustedes? —le susurró Taffyta a Gloyd.

—Tranquila, Taffy, lo dejas en buenas manos. Si se nos ocurre algo las llamamos y sino, bueno, también porque entonces tendrían que darnos ideas.

—¡Gloydie! —ella le dio un codazo.

—Ok, ok... —dijo frotándose el brazo— Tranquila, se nos ocurrirá algo, lo prometo —se despidieron con un beso, igual que Swizzle y Jubileena.

Antes que las chicas se fueran, Rancis habló.

—Si le pasó algo malo a Vanellope... Avísenme ¿sí?

—Claro, Rancis —contestaron ellas y se fueron en sus karts.

Silencio...

—¿Entonces? —Gloyd se atrevió a hablar— ¿vas a hacer lo que te decimos?

—Mmm, no sé... Sé que tengo que decirle mis sentimientos antes que sea tarde y se me rompa el corazón y debo admitir que cantarle, tal vez parezca la mejor opción porque... Bueno, soy genial en eso —volvió el Rancis orgulloso y vanidoso —, pero... Ah, no sé. Me pone muy nervioso pensar en cantarle frente a todos en el baile ¿y si hago el ridículo y al final no me corresponde?

—Hermano ¿Qué te acabo de decir? —le recordó Swizzle— Arriésgate o nunca conseguirás lo que quieres, y lo que quieres es...

—A Vanellope... Sí tienes razón —contestó el rubio—. Pero...

—PERO ¿QUÉ? —Le gritaron los otros dos haciendo que este se encoja.

—Ehm...Ahm... ¡No tengo una canción! —se excusó—. Y no voy a cantarle una de las viejas, debe ser especial.

—Mmm... Cierto, cierto. Vamos, Swizz, piensa, ¿Qué canción puede usar?

—A mí no me miren, ustedes son los de las letras, yo apenas escribí un poema. Puedo ayudarlos con la música, pero de resto lo dudo.

—Ahora que lo dices —dijo el rubio—, entre todo esto de la depresión y tal, el no poder expresar mis sentimientos me estresaba —corrió a buscar algo en su casa—, así que los escribí —subió a su cuarto y sus palabras se oían por la ventana— ¿Dónde está? ¿Dónde está? —decía— Lo encontré —se asomó por la ventana con su diario en la mano e hizo algo, bueno... No muy propio de Rancis.

Sapito | A Vanillabutter storyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora