¡¡Que comience la fiesta!!

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5 habitaciones, 2 con chicas y 4 con chicos; 3 casas, 1 mansión y 1 castillo; 6 conjuntos masculinos que incluyen camisa, traje y corbata; 16 trajes femeninos que incluyen vestidos, faldas, blusas, medias, mallas, botines, tacones, entre otras cosas; 1 salón bien decorado, toda una tropa de Guardias Oreo cuidando que nada arruine el baile, cientos de invitados esperando que llegue la hora y 22 jóvenes corredores que esperan, cada uno a su manera, que la noche sea perfecta.

7:30 pm

Casa de Gloyd

—Ok, bien bañado, bien peinado, bien vestido y perfumado. Estoy listo, el baile es en media hora y tengo que pasar por Taffy en 15 minutos ¡Sí! ¡Tengo tiempo de buscarlo! Me pregunto si Swizz ya estará listo...

Casa de Swizzle

¡Si mi cabello se alaciara yo fuera feliz!... Qué horror, soné como Rancis. Pero en serio, tengo que pasar por Jubee en 10 minutos y mi cabello parece un nido abandonado. Espero que a Fluggerbutt le esté yendo mejor ¡JA! ¿De qué hablo? El ya estaría listo, pero se vería las mil y una imperfecciones, ojalá y al menos haya recuperado la confianza...

Casa de Rancis

—¿Cómo no le voy a gustar a Vanellope si soy totalmente perfecto? Sería una tonta si no me amara. Querido rubio en el espejo, hoy es tu noche, jaja veo que mi confianza volvió, espero tenerla conmigo toda la noche, sé que la perderé cuando vea a mi hermosa princesa, pero la tendré presente cuando vea al idiota de St. Coke... Me pregunto si se la pasará tanto como yo frente al espejo... Nah, nadie hace eso...

Mansión Peatcher (Habitación de los chicos)

—¡Cole, deja de mirarte en mi espejo! —gritó Melcolm, un joven cuyo personaje fue inspirado en la realeza europea, de pelo rizado rojizo/anaranjado, piel blanca y con algunas pecas esparcidas en el puente de la nariz, ojos de un color verde brillante y una excéntrica y elegante personalidad.

—No puedo evitarlo, Mel, estoy nervioso.

—¿Nervioso por qué? Si la princesa ya te rechazó —se burló Cookie, de piel bronceada y pelo ondulado y oscuro igual que el color sus ojos honrando su cultura francesa con la boina. Sufrió la consecuencia de su burla, recibiendo como respuesta un zape de parte de Melcolm.

—No pienso rendirme, Cooks, ese rubio oxigenado no ha hecho nada por ella en casi 20 años y no permitiré que venga a reclamarla solo porque piensa que quiere a otro.

—Elemental mi querido Cole, él no tiene derecho de reclamarla, pero —habló Mel, imitando a Sherlock y pasando un brazo por los hombros de Cole— ella sí tiene derecho de elegir y pues... Ya sabemos que no te eligió a ti...

—No me ayudas, Mel.

—Sí, lo siento pero sabes que me gusta ser franco y directo —se excusó mientras se arreglaba la corbata—. A propósito, ¿creen que la señorita Crumbelina vaya?

—Ooohhh... A alguien le gusta la italiana que huele a mocca —sip, a Cookie le gusta molestar a la gente— No me sorprende, es igual de elegante y delicada que tú. ¿No vieron mis zapatos?

—Ja ja ja —rió sarcásticamente— como si a ti no te gustara la del afro arcoíris.

—¿Quién? ¿Snowanna? Me parece linda, es todo —Cole iba a burlarse, pero con lo seguro y nada nervioso que sonó su amigo, se quedó sin argumentos—. Además, no puedo enamorarme así de pronto de una chica que conozco hace tres días, yo si vivo en la realidad... ¡Virtual! Debo probar más antes de engancharme con una sola, yo sabré cuando la indicada llegue y tal vez pase más tiempo conociéndola que enamorándola.

Sapito | A Vanillabutter storyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora