Neblina Purpura.

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    La neblina purpura parece hoy mas densa de lo normal, son las diez y algo más de la mañana y el pueblo esta como si fuera de noche. Los sistemas artificiales nubelinos no han podido despejar la atmósfera, la contaminación esta en su mayor concentración. Ya se escucha la alarma notificando que debemos tomar medidas especiales para evitar infecciones, es decir ingerir altas dosis de antibióticos y otros químicos que la verdad los considero más venenosos que cualquier efecto contaminante del ambiente.

   Además de tener que utilizar la indumentaria que nos hace parecer soldados galácticos pasados de moda. Estando perdido o más bien hablando conmigo mismo, mi amigo y vecino Liam me sorprende.

  —Neptys que rayos murmuras, pareces un detector de virus dañado. —consiguiendo así apartarme de mis quejas matutinas.

   Con una risa sarcástica le refutó. —Ningún detector ni ocho lunas, tengo derecho a opinar sobre lo que me hacen ingerir —y le pregunto  —¿O te parece justo que nos esten intóxicando a diario, porque no ha podido eliminar la contaminación?

   Liam dice en un tono serio. —Sabes que no podemos protestar por las medidas son por nuestro bien, no olvides que debemos cumplir con nuestro deber.

 — Estoy obstinado de tantas mentiras, no creo que aun no hayan podido encontrar la solución para eliminar la neblina púrpura. Es una grandísima mentira para que sigamos bajo el dominio interimperial del los Iluminarios.

   Pero Liam se angustia y dice —shhhh baja la voz, no ves que nos vigilan los guardianes iluminarios, recuerda que carecen de humanidad a la hora de reprender a los infractores.

   —Si lo sé, tienes razón, no estoy de animo para recibir los choques eléctricos de sus paralizadores. Esos degenerados no tienen alma.

   Estamos frente a la gran tridimensional fortaleza donde trabajamos por 18 horas diarias donde lo único que obtenemos son los tickets de alimentos y vestuarios una vez al mes, además de un bono extra por recreación cada tres meses según nuestro rendimiento. Las medicinas son gratuitas y eso porque aun continuo pensando que con ellas nos mantienen sometidos.

   Liam y yo nos hemos separados pues cada uno trabaja en distintas dependencias; él es un despachador de sustancias descontaminantes para tratar de purificar la atmósfera, su nivel de competencia es el cinco; lo que significa que no tiene acceso al programa principal.

  En cambio mi competencia está en el área de motores de los grandes ventiladores que purifican el ambiente de los gases tóxicos, en el nivel 4, donde tampoco puedo acceder a la matriz principal. Este trabajo rutinario me mantiene esclavizado del panel de control en compañía de un ayudante, quise decir vigilante, que supervisa cada movimiento que realizo.

—Que día me espera hoysuspiro.

   En estos días de alta densidad las horas se hacen eternas pues para bajar los índices de la contaminación se requiere de más horas de trabajo.

  Ya han transcurrido 17 horas y acabo de recibir una extensión por tres horas mas.

 —No puede ser. Siento que no doy más.   —Pienso resignado a permanecer anclado en este aparato del demonio.

   De repente el panel se ilumina con un rojo intenso. Notifico por el intercomunicador que estamos en emergencia, las alarmas se activan, aquello parece un pandemonio, se escucha a los científicos correr de un lado a otro, los guardianes han cerrado los portones impidiendo que nadie salga de la fortaleza. En eso sigo de pie frente al tablero, "de está no me salva nadie" —me digo a mi mismo consciente del inminente final. De repente escucho que mi nombre con desesperación. Se escucha un estruendosa explosión, me veo a mi mismo volando por los aire. Todo se ha oscurecido. Por un instante creo escuchar mi nombre en la distancia...

  —¡Neptaly! te volviste a quedar dormido viendo "Los Juegos del Hambre". Ven a cenar que se te enfría la comida.

   Era mi mujer, despertándome para comer. Gracias a Dios todo fue un sueño.

   —Amor tráemela al sofá, seguiré viendo la película.

   Luego, ya en cama, vuelvo a pensar en ese extraño sueño y me pregunto.

   —¿Será posible un mundo así en el futuro? Espero que no, pobre de la humanidad.

   —Pensándolo mejor sería una buena trama para un libro, que pena que no sea escritor.

                                                                                                                   FIN

Historias Regadas.Entre Relatos y Microrrelatos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora