La Musa Perdida. Cuento.

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 Desde la ventana de mi casa, observó a plenitud la barriada, miro la gente subir y bajar las escaleras de concreto; también puedo divisar a los chicos jugando en la cancha y por supuesto contempló los grandes edificios que sobresalen en la distancia en la ciudad, se ven de diferentes tamaños y estructuras, veo tantas cosas que además puedo disfrutar de los imponentes guardianes de la ciudad como son las montañas azules que sirven de marco al paisaje urbano. Siento a mamá que pasa detrás de mi, incluso la escuchó quejarse que de nuevo me encuentro perdida en el espacio del ventanal o "eso creía ella".

     En mis manos sostengo mi libreta de apunte de ideas fugaces, tratando por enésima vez que me llegue la inspiración; si bien es cierto que vivo en Júpiter o tal vez en Martes, también es cierto que me encanta despegar en el satélite de la imaginación pues siempre estoy lista para el despegue. 

 — ¡Señorita, será posible qué está vez se siente a desayunar conmigo  como Dios manda. —expresa mi madre, mientras termina de poner la mesa.

        —Claro que si mamá, comeré contigo.

       —¡Gracias! Ya era hora de que aterrizarás, desde que saliste de vacaciones, tu única diversión es mirar por la ventana.

  Sin decir nada a su comentario, ocupo mi lugar en la mesa y comienzo a desayunar. Las arepas con revoltillo y el queso de mano están divinas como de costumbre. Me sirvo una taza de café con leche que está cremoso como a mí me gusta. Me mantengo en silencio, pero mamá no para de hablar sobre lo que debería hacer o no hacer con mis vacaciones. 

      —Kayna, debería salir de paseo con tus primos, ellos también están de vacaciones. Si lo deseas puedo dejarte en casa de tus tíos de camino a mi trabajo. —me insinúa como quién no quiere imponer una propuesta y es todo lo contrario, sin embargo declinó cortésmente su ofrecimiento. 

  —Como quieras, quédate aquí encerrada sin hacer nada. —Replica resignada. Me acercó a ella, la abrazo y le doy un beso en la frente. Me sonríe, ya ha desaparecido su enojo.

   —Ve a trabajar mamá, se te hace tarde y no te  preocupes, estoy bien. Necesito estar sola para escribir. 

         Ella no insiste más, agarra su bolso, la chaqueta, me da la bendición y se marcha. Empiezo a recoger la mesa y me dirijo al fregadero para lavar los utensilios que hemos usado. 

        Estando en la soledad de la casa, debo confersar que me encanta, tomo de nuevo la libreta y me siento en el balcón del ventanal. Trato de continuar organizando algunas ideas que ya tengo escritas pero en eso vuelven otras más a mi mente, circulando de manera descontroladas. No consigo atrapar ninguna, a veces pienso que tienen vida propia lo que me parece otra idea absurda. 

   De repente, algo hizo chispa y comienzo a escribir tan aceleradamente que parece cómo si alguien me va dictando las palabras que voy plasmando en mi libreta. No puedo parar de escribir todo fluye tan rápido que ni siquiera he podido ver que es lo que he escrito; así sigo por un largo rato sin parar hasta que mi mano no da más, siento un dolor intenso en los dedos que ya se han acalambrados y entonces me detengo.

   De inmediato comencé a leer que había escrito con tanto afán, aunque creo que no he sido yo, ya no se qué pensar. Al principio, mis ojos no daban crédito al texto, de momento tuve temor pero luego continúe con la lectura de una historia que al parecer trata sobre la vida de una niña llamada Musa que se había perdido en un bosque, la historia comienza así: 

                                                                                    ***
  "Érase una vez, en lo profundo de la imaginación, existía el mundo  literario donde habitan los seres que cobran vida al ser transformados en los personajes que vivirán eternamente en los cuentos, relatos, novelas y todas las historias que son creadas por el escritor. este  mundo está  lleno de  colorido, misticismo, y en el; las palabras son la fuente vital, en donde los seres son libres de expresar sus emociones hasta que son evocados por la inspiración del escritor y pasan a formar parte de la tan anhelada inmortalidad literaria, creación del escritor inspirado. Pero últimamente ha ocurrido algo siniestro, los habitantes de este maravilloso mundo de las palabras está quedando atrapados en el bosque de las sombras de bloqueo literario; pues la musa que es una niña que inspira y reina en este lugar, ha desaparecido y los escritores han dejado de crear... "                                                          *** 
    Por un instante, me detengo para tratar de entender como pude redactar esto. No puedo pensar. Me dirijo al refrigerador y tomo un vaso con agua, luego voy hacía el baño y me echo agua en la cara tratando de despejar mi mente. No lo consigo. Regreso a la sala, está vez tomo mi libreta y me recuesto en el sillón, ya cómoda continuó.
                     ***
       "En el mundo literario todo se ha vuelto un caos. Todos corren de un lado a otro, habla y hacen circular rumores. Las expresiones pálidas en sus rostros denotan la incertidumbre que acompañadas del miedo reflejan el desconocimiento que acecha sus destinos así como pone en peligro su existencias en aquel mundo.

Historias Regadas.Entre Relatos y Microrrelatos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora