PENSAMIENTO, EMOCIÓN Y ACCIÓN

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Hay una relación entre el pensamiento, las emociones y la conducta. Por eso es que Marco se siente empoderado cuando piensa en positivo y esto lo lleva a tomar acción. Mis emociones son determinadas por mi pensamiento y mi conducta por mis emociones. También puede suceder de manera invertida: hacer algo puede llevar a sentirme de cierta manera y esa emoción me puede llevar a un pensamiento; si es positivo o negativo será determinado por como perciba la acción.

En resumen, tener autoconfianza significa:

1. Retener aquellos pensamientos y experiencias exitosas que nos benefician, nos hacen sentir bien y nos ayudan a crear emociones y acciones favorables

2. Deshacerte o reestructurar aquellos que nos perjudican.

Percibir mejoras en la habilidad física y recordar experiencias exitosas cultiva la seguridad.

*El primer día de clase*

Mi primer día de clase y admito estar un poco nervioso, pero más que nada estoy muy emocionado. Siempre he sido una persona puntual y esta vez no es la excepción; llegué quince minutos temprano para conocer el lugar.

El gimnasio es más grande de lo que esperaba. De lado derecho tienes un área libre, con personas saltando la cuerda y practicando los golpes al aire o haciendo "sombra", como le dicen los boxeadores. En el centro hay un área pequeña de pesas, mancuernas de todos tamaños que parecen haber estado ahí desde la primera guerra mundial. Una jaula para hacer sentadillas y un par de bancas con asientos desquebrajados y un poco despintados. A la izquierda está el equipo de golpeo: 12 sacos, 4 peras y 4 peras locas. La mayoría del equipo está desgastado, los sacos parchados, las peras un poco rotas y una que otra "mexicanada" para sostenerlas en su lugar. Aquí entrenan en serio.

Al fondo en el centro hay un ring, el único ring en el gimnasio. Cuerdas color rojas y azules, un área con suficiente espacio para pelear. Un instructor pelón está entrenando a un joven de mi edad con las manoplas, sus golpes rapidísimos. Espero no tener que pelear contra él.

Todos se ven muy intimidantes mientras entrenan. Hasta las mujeres. No porque tengan un aspecto fuerte, pero porque se nota que entrenan duro. Unos son muy buenos, otros no tanto. Algo es seguro: todos me pueden patear el culo.

Puedo ver a dos entrenadores: un pelón llamado Armando y le grita a todo mundo; y otro más serio con una chaqueta deportiva azul, que corrige tranquilamente uno por uno a los peleadores. Martín, el entrenador principal.

7 pm y empieza mi clase. Todos se forman en línea. Otros que tomaron la clase pasada lo vuelven a hacer. Son muy disciplinados, y eso me va a ayudar muchísimo.

Calentamos y me siento como un robot sin aceite, nunca había hecho ejercicio.

Empezamos con "sombra", tirando golpes al aire. Los instructores no me dice nada, así que imito los movimientos de los demás. Unos tienen una técnica muy afinada, otros no tanto. Siento que tiro los golpes correctamente, pero después de verme en el espejo cualquier niño con Síndrome de Down podría hacerlo mejor.

El siguiente ejercicio es saltar la cuerda y después de varios minutos logro romper mi propio record de dos brincos consecutivos. ¿Nada mal para mi primer día, no?

Armando grita: "¡Vamos, vamos niñas! ¡Tienen que presionar más si quieren ganar!". ¿Me acaba de decir niña o se los dijo a las niñas de verdad?

El truco está en la muñecame dice el maestro Martín.

Tienes que moverla suavemente y hace un movimiento circular con su muñeca—. Y estás brincando muy alto, trata de brincar menos y mantener los pies estirados. No recojas tus tobillos.

Trato de hacer lo que me está diciendo, pero se me dificulta mucho.

Poco a poco vas a aprender"me dice mientras se retira a instruir a los demás.

Después de varios ejercicios físicos, empezamos a entrenar un poco de técnica. Esto es lo que me interesa.

Mis compañeros se ponen sus guantes y los que no tenemos agarramos unos del montón. Tomo unos guantes de color rojos, con la espuma por fuera y un olor que podría matar a un caballo. Ya entiendo lo que me quería decir el chino.

Golpearemos las manoplas y hacemos una fila india con el pelón hasta enfrente. Es una combinación básica: jab y recto. Como soy diestro, mi pierna derecha debe ir atrás.

Es mi turno de pegarle y lo golpeo con todas mis fuerzas.

No se trata de pegarle duro, se le pega bien. Pega tus codos a los costados y mantén las manos a la altura de tu mentón.

Mi turno de nuevo, golpeo la manopla y el coach me golpea a los costados ¡Hijo de perra!

Manos pegadas a los costados. Si bajas las manos te van a noquear.

De nuevo trato lo mejor que pueda para mantener mis codos pegados y golpea mi cabeza.

Devuelve rápido la mano a tu mentón o te van a golpear.

Varias vueltas y poco de entrenamiento individual y la clase ha terminado.

Estoy exhausto. Nunca me había cansado tanto y estoy sorprendido como unos parecen no esforzarse del todo.

Me encanta. Quiero más, no puedo esperar la siguiente clase.



La Mente Del CampeónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora