ERASE UNA VEZ MATEO
19A veces cuando amas no te das cuenta hasta que punto puedes llegar, a veces simplemente das demasiado y no estas recibiendo nada, a veces, solo a veces, cuando amas y eres amado en realidad no es así. Pasas toda tu vida junto a esa persona tratando de hacerla feliz, tratando de ser mejor para ella o demostrándole cuanto te importa, pero no te molestas en hacerte feliz a ti, o ser mejor persona por ti, dejas claro que tu mismo no te importas y la verdad es que si tu no lo haces, tampoco esa persona lo hará y terminas dándolo todo y quedándote sin nada, puede ser cansado en verdad, muchos ya cometimos ese error y con toda seguridad puedo decirte que... duele... en verdad duele ser quien ama mas.
El vuelo había sido de lo mas tranquilo, para ser el primero, llegamos al aeropuerto internacional de Bogotá (El dorado) y después de alguna que otra señora con aceite en las venas, logramos bajar de nuestro avión, yo estaba tan emocionada sujetaba la mano de Mateo y no dejaba de señalar a todos lados, todo era nuevo para mi y en ocasiones no podía controlar los brinquitos de emoción, Carmen y Cata se emocionaban conmigo aunque lo hacían por cortesía pues ellas ya habían estado aquí antes. Ese viaje fue crucial para mi, me enamore de la sensación, en mis adentros decidí que eso quería para mi, quería viajar y conocer tantos lugares como me fuese posible, así como Mateo y los chicos, iba a ser justo como ellos, ese quería.
-Tenemos que ir a reclamar el equipaje a la banda 3 – dijo Daniel mientras cargaba su mochila y sostenía el boleto
-pero antes, creo que toda esta emoción me esta haciendo efecto, Carmen vamos al baño? - dije algo apenada mientras dejaba mi equipaje de mano en el suelo
-Claro, necesito una manita de gato – dijo Carmen acomodando sus cabellos rojos
-Garra de tigre dirás - Daniel susurro
-Lo dice quien tiene los risos mas maltratados que axila de indigente – Cata defendió a su amiga y todos nos reímos, ellos siempre peleaban y siempre lo hacían con una sonrisa en sus rostros, como si por cada "tonto", "bruta" o cualquier otra grosería, en realidad se estuvieran diciendo palabras de afecto, unas que solo ellos entendían, y la verdad que si los veías bien, Cata y Daniel hacían una bonita pareja.
-si, si, todos somos bonitos, Carmen vamos - jalé a mi amiga del brazo con urgencia – ya venimos, no tardo – nos fuimos a buscar el baño-Es muy básica no? - Cata se dirigió a Mateo quien nos observaba de lejos
-Simple o tonta tal vez, pero me encanta - sonrió
-No te había visto tan feliz con una chica antes, incluso con Dul...
-Eso fue hace tiempo – Mateo interrumpió - además no puedes compararlo, a ella la amé muchísimo si, pero me hizo daño y es algo por lo que no puedo perdonarla, pero Natalia, Natalia es distinta sabes? Creo que algo mas fuerte o poderoso allá arriba la envió en el momento adecuado para ambos, Natalia no será toda una belleza como las chicas que acostumbraba tener, ni será la mas inteligente y menos la mas hábil, pero Natalia es autentica, es sincera y eso me gusta Cata, cuando sonríe o se emociona es porque en verdad lo hace y transmite tanta alegría....
-Cierto que es muy autentica jajaja a veces siento envidia – Cata estaba al lado de Mateo, cruzada de brazos mirado al suelo
-Envidia de Natalia? - alzó una ceja incrédulo
-Aunque no lo creas, la envidio por ser como es, cuando la veo puedo recordar mi niñez, cuando tenía 13 o 14 años, cuando un muchacho me dejaba vuelta loca, cuando me ponía tan nerviosa que tartamudeaba o un simple recuerdo para mi era suficiente, envidio mucho que todas las veces que ella sonríe son porque de verdad esta feliz, sus ojos aun conservan el brillo, ese que perdí hace tiempo, ese brillo que solo aparece cuando algo te hace feliz, te emociona o te ilusiona, no tiene que fingir al recordar algo trágico o llorar por las noches con el nombre de alguien que ya no esta, su dolor es básico, simple, cosas de adolescentes.
-Aun somos adolescentes... técnicamente
-Mateo, dejamos de ser jóvenes cuando nos toca vivir algo que envejece el alma, las nuestras ya están muy desgastadas para tener casi 20, pero me alegro por ti Mati, creo que su juventud te esta contagiando
-a todos nosotros... - sonrió satisfecho