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  ERASE UNA VEZ MATEO
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Muchas veces nos centramos en buscarle a todo un significado, una razón de ser, nos concentramos tanto en hallarle el motivo que nos perdemos de vivirlo, de disfrutar y aprender la lección que teníamos que sacarle. Hace años me prometí a mi misma jamás hacerlo, me prometí vivir el momento y lo que el momento demandaba, disfrutarlo al máximo y ya al final si se debe acabar, llorar, pero no llorar de dolor sino de nostalgia, porque lo disfruté, lo extrañaré pero lo disfruté.
Algo así me pasó con Mateo.

Estaba realmente confundida y perdida en aquel momento, a veces no conciliaba el sueño, frente a él actuaba de forma normal, como si nada me estuviese pasando, pero por dentro cada vez que lo veía sonreír o mirarme fijamente a los ojos, me preguntaba si de verdad duraría para siempre. No quería que acabara. ¿Nunca has temido demasiado perder algo? Aunque al final de cuentas sabes que no es tuyo, aun así temes perderle.

Cuando estaba junto a Mateo era la persona mas especial del mundo, él siempre fue todo un caballero y hacía sentirme como la única persona del mundo que de verdad valía la pena.
Recuerdo ese viaje como el mas memorable, lleno de vida y las imágenes vienen a mi como en cámara lenta, haciéndome sentir aun cada una de las sensaciones, olores y sabores de nuevo.
-Hoy toca ir a CERRO DE MONSERRATE, no esta muy lejos y tienen un teleférico - decía Daniel leyendo la guía de actividades que Cata hizo para nosotros. Los chicos estaban sentados en la mesita de café que teníamos esperando por que nosotras termináramos de arreglar nuestro cabello.
-Siempre he querido montarme en un teleférico – dije emocionada mientras abotonaba mi saco azul que hacía juego con el de Mateo.
-¿Te digo quien se montó en que en un teleférico? - Cata miró de reojo a Carmen quien río apenada.
-Fue hace años - Carmen se defendió
-Hablan del pobre chico que conoció en Las barrancas del cobre? Jajaja su primer virgen, ¿hace cuanto no encuentras a uno así mi Carmen? - Daniel se burlaba
-Esos quedan casi extintos mi Dani – Carmen terminaba de acomodar su pelirroja cabellera, vestida con unos jeans algo desgastados, botas de frío blancas y un abrigo precioso igualmente blanco con afelpado en el cuello, se veía divina.
-Bueno, ya estamos listas - anunció Cata con su atuendo muy a la moda y abrigado, bufanda con estampado de flores y un abrigo gris elegante.
-Al fin! - Daniel se levantó y se dirigió a la puerta, sus rizos estaban escondidos en un gorro azul y llevaba una suéter deportivo del mismo tono azulado. - vamos o se hace de noche.
-Apenas son las 9:15 Daniel, no exageres – Mateo se reía yendo tras él. Se detuvo un segundo y me miró sonriendo. Tomó mi mano.

La idea de cruzarnos con Dulce me aterraba, pero por alguna razón ella solo aparecía cuando estaba solamente yo, hasta el momento mientras estábamos todos juntos no daba rastro de existencia.
de alguna manera eso me hacía sentir mucho mejor.
Íbamos a pie a todas nuestras excursiones pues de esa manera alcanzábamos a conocer bien el lugar, Bogotá era precioso sin duda alguna. Cata y Carmen iban ligando con muchachos locales y Daniel iba tras ellas, últimamente parecía muy irritado cuando Cata conseguía liarse con algún muchacho. <<hacen linda pareja>>
Mateo y yo íbamos a nuestro ritmo, siguiendo a los chicos, yo con mi cámara y él observando el lugar, tenía en el rostro una sonrisa de esas que solo él sabe regalar, de esas que te hacen ir tranquila porque sabes que él lo tiene todo bajo control.

-Estas muy callada últimamente preciosa – me dirigió la palabra mientras yo tomaba una de mis fotos al cielo.
-A que te refieres? - intente disimular.
-Te pasa algo Natalia, puedo notarlo, pero me gustaría que confiaras lo suficiente en mi como para que me cuentes – su voz era seria.
-Confío en ti – dije en un tono inseguro, no sabía si hablarle del tema o callármelo.
-Puedo notar que estas intranquila, así no vas a disfrutar el viaje como se debe preciosa – rodeo mis hombros con su brazo haciéndome sentir protegida.
-De verdad estoy bien Mateo – trate de convencerme a mi también de lo que decía, trate de que sonara real hasta para mi – que me dices de ti? Fui a buscarte la otra vez y no estabas... - tenía que comentarlo.
-Ah si, me lo dijo Daniel, fui a fumar un cigarrillo al jardín, luego a tomar algo en el bar... viajar me trae un sentimiento de pesadez y siempre el primer día tengo que ceder a algún vicio - sonrío apenado
-Aun recuerdas el pasado? - temía pronunciar "el" nombre.
-Muchas veces. El pasado es algo que siempre va a estar ahí Natalia es algo que no superas, son cicatrices de algo que viviste pero superaste a la vez, te hacen mas fuertes aunque aun te duelan de cierta manera y no esta mal que lo recuerdes, malo es forzarte a olvidar algo que aun te trae sentimientos. No es sano. - ahí estaba mi Mateo, tan sabio como siempre, hablando cosas muy delante de su edad.
Su mirada se perdió un momento, parecía estar rebuscando entre sus recuerdos, en serio temía que aquel rostro torpe y sonriente de la chica que conocía estuviese en esos recuerdos... de formas en las que yo ignoraba y detestaba ignorar. Imaginarla junto a Mateo ocupando mi lugar me hacía sentir rabia, pero aun quedaba aquella duda de si era o no era la misma, tal vez yo exageraba ¿A quien preguntarle? <<A ella...>>
Hicimos una larga fila para poder subir al teleférico, estábamos ansiosos a pesar de no ser la primera vez de ellos. Me gusta recordar sus rostros en aquel momento, enrojecidos por el frío y sonrientes por la emoción, las chicas dejaron de pensar en muchachos por un momento y comenzaron a disfrutar de la compañía, tomando selfies a cada instante y subiéndolas a redes sociales. Mateo rodeaba mi cuerpo con sus largos brazos y reposaba su barbilla en mi hombro, tenerlo tan cerca me hacía sentir segura, mientras me susurraba al oído "toma muchas fotos en tu mente bonita, mi linda fotógrafa de momentos" eran cosas que quedaban entre nosotros, secretos y frases privados que solos nos pertenecían, cosas que siempre le recordarían a mi y cosas que siempre me lo traerían a la memoria. ¿Algo así tiene un final?¿Con dulce tendría esa clase de recuerdos?
Mateo tenía razón, no estaba disfrutando el viaje como era debido y todo por culpa de esa maldita duda que no me deja concentrarme en nada, el viaje en el teleférico fue fenomenal y tome muchas fotos, pero no estuve ahí del todo. Mateo me abrazó y me beso mucho, pero no fui suya del todo. No estaba siendo Natalia y lo odiaba pues recién la había descubierto.
Ya había tomado una decisión, iba a hablar con Dulce y saber de una vez por todas si era el fantasma al que tanto le temía.

Érase una vez... Mateo❤ [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora