Miss Moore.

Capítulo 9: Tardanzas y peticiones raras.

Después de la visita de Kevin por la empresa todo transcurrió con normalidad.
Los días pasaron y mi supuesta relación a ojos de Kevin, ya no era solo a ojos de Kevin sino que también a ojos de los demás asociados. Habían venido unos cuantos socios y le preguntaron a Evan varias veces por mí, realmente no me importa si se enteran ellos o los empleados, ya que no estoy realmente con él y aunque lo estuviese no es por dinero.
Mis padres son abogados, muy prestigiosos cabe destacar, y yo llevo trabajando continuamente desde que salí de mi primera carrera en la universidad y ahorrando desde entonces, ya que como no tengo hijos, no tengo gastos.
Vivir con mis padres lo hago porque me gusta estar con ellos y, aunque me he mudado varias veces, prefiero estar con ellos mientras no tenga pareja además, a mamá le hace mucha ilusión la idea.
Así que volviendo al tema, me da igual si se enteran de nuestra supuesta relación.
Seguía pensando cuando de repente oí la puerta de la oficina de Evan:
-Peyton, ¿me podrías explicar porque los señores Miller, Thompson y Smith no están todavía en la sala de juntas? -preguntó alzandome la voz.
-Agradecería mucho -con énfasis en mucho- que no me grites Evan, no es mi culpa que yo llame a sus secretarias para ver si les falta mucho y las señoritas no me contesten, aparte de que tienes una comida con tu padre en 15 minutos y no han llegado- dije yo con molestia y unos decibelios más bajitos que él.
-¿Tienes? -rió - no querida tenemos una comida de negocios con mi padre.
-¿Tenemos? -pregunté dudosa.
-Sí, es una comida de negocios Peyton y tú eres mi secretaria- habló con obviedad.
-Está bien- sonó el teléfono y lo agarré.
Llamada:
-Oficina del señor Carter, ¿en qué puedo ayudarle?
-Señorita Moore soy la secretaria del señor Smith, disculpe las molestias pero, hoy no vamos a poder presentarnos a la junta, ya que ha surgido un imprevisto, de verdad señorita Moore, lo sentimos mucho, gracias por la espera- y así cortó.
Fin de la llamada.
-Evan no viene Smith y supongo que los demás tampoco, a Smith le a surgido algo, su secretaria acaba de llamar para disculparse- cuando acabé de hablar me giré hacia él para mirarlo.
Se había sentado en el sillón de la salita de espera al lado de su oficina y había apoyado los codos en sus rodillas sosteniendo su cara entre sus manos, le pasaba algo.
Me acerqué a él y me arrodille entre sus piernas sosteniendome en mis rodillas y con mis manos perfectamente cuidadas aparte sus antebrazos y después subí su mentón,   realmente Evan era muy bello.
-¿Qué pasa Evan? -pregunté con dulzura mirando sus ojos para que confiase en mí.
-No es nada Peyton, no te preocupes- habló con voz cansada.
-Evan, no te voy a rogar que me cuentes si no quieres, pero sé escuchar- Sonreí y él también me dio una sonrisa pequeña.
-Está bien, te contaré pero no aquí, hoy es jueves y no tienes que ir a la universidad, así que te espero ésta noche en el 114 de Western Avenue a las 11:30p.m ven con ropa cómoda y haz una maleta con la misma, pasaremos el fin de semana fuera.- y antes de poder contradecirlo sonó el timbre del ascensor y un hombre muy alto, de piel tostada y de ojos verdes grisaceos entró, parecía de Inglaterra... ¿pero? Siempre hay un pero... Estaba extremadamente bueno.
-Buenas tardes Evan- dijo con un tono de voz rudo y una mirada gélida, hasta que, de repente, se echó a reír y Evan con él. No entiendo nada...