Te espero en mi ventana //fanfic Kakashi// |Naruto|

- Capítulo 18 -

- TE HE DICHO QUE TE SIENTES A LA MESA A COMER EN CONDICIONES- me tense de pies a cabeza y coloque mi espalda tan recta como si me hubieran metido un palo por el culo, sonreí forzadamente y tome una cucharada de aquella cosa que Kushina solía intentar convencerme de que es ramen, cocina bien, pero el ramen no, aquel líquido que se supone que es LÍQUIDO bajo espeso por mi garganta, sentí una arcada pero preferí esconderla antes de que aquella  mujer con la que llevaba viviendo mi mes de baja me matara.

Así es señoras y señores estoy viviendo con mi sensei y la loca de Kushina. Ella se había portado como mi madre y no mentía al decir aquello pues nada más arreglar mis papeles y ver los cuidados que me tenia que dar yo sola,  decidimos ( decidió ella sola y siempre dice que yo también) que viviría con ellos una temporada. En este mes me habia compinchado con mi sensei para ayudarnos mutuamente a controlar a la bestia pelirroja, como ahora, el intentaba sacarle temas de conversación mientras yo iba parando el tiempo y tirando por el desagüe aquella cosa.

- ¿ Y como te ha ido hoy en la misión sensei?- pregunté divertida a ver la expresión de este al probar otra cucharada de aquel líquido o sustancia.

- Pues... bien..- trago duro intentando disimular su cara de asco - Kakashi y yo tuvimos que ir a entregar un pergamino. Fue bastante rápido la verdad.

- ¿¿Y la fiesta hokague cuando es sensei??- pregunté impaciente provocando que Kushina soltara una risa.

- Mañana y cuando sea hokague ya estarás en condiciones para meterte en ANBU, y aprovecharé la nueva tanda de aspirantes para hacerlo.

- Sii, nuestra pequeña será ANBU - dijo Kushina con una sonrisa de orgullo y bastante exageración.

- No soy pequeña tengo 16 años- bufé, Kushina se le había metido en la cabeza que aparte de ser pequeña era suya, no la culpo siempre había estado unida a ella desde que Minato se convirtió en mi sensei y no se despegó de mi desde el accidente.

Pero miren la si después de dos años y pico la sigo teniendo pegada al culo.

- Por una vez Sora tiene razón- dijo Minato-sensei que sonrió intentando quitarle hierro al asunto.

- Sora es pequeña- dijo apuntándome con los palillos y hablando con la boca llena, trago para seguir hablando- si ni siquiera sabe atarse los zapatos- dijo soltando una risa malvada provocando que Minato-sensei estallara en carcajadas.

Bum, golpe bajo Sora.

- Si se hacerlo sólo que no me hace falta- gruñi y desvíe la mirada a otro lado, en particular a mis zapatos, doble mis piezas juntándolos por las puntas, sabía que no se hacer ni un simple nudo pero mi orgullo se negaba a rebajarse a decir la verdad, pero de verdad que no era culpa mía, pese a que mi hermana lo intentó con todas sus fuerzas era demasiado chica ( y torpe) como para atarmelos, después de su muerte tuve que aprovechar la primera tanda de dinero que me dio el viejo hokague para comprarme unos zapatos a los que no le hicieran falta atar cordones. Infle mis mofletes y devolví la vista a la mesa.

- Um.. Sora te importaría ir a la librería y comprar este libro sobre sellados- me mostró un pequeño papelito donde estaba escrito dicho libro con letra bastante pulcra - entre tu y yo, a tu sensei le hace falta- dijo susurrando en mi oreja, yo reí por lo bajo al igual que ella, deje el cuenco ya vacío de ramen en la encimera y fui a la salida colocándome mis botas y mi trenca roja para protegerme de la nieve- ah espera toma y ponte esto terca - dijo entendiendo me el dinero para comprar el libro y poniéndome a mala leche un gorro de lana negro en la cabeza y lanzándome unos guantes negros los cuales cogí de mala gana.

Ande protegiéndome del frío, es estupido viniendo de alguien como yo, podía adelantar el tiempo a mi alrededor e ir por un clima de verano, pero yo era de las que les gusta el frío y el calor sólo provocaba un agobio sofocante en mi que hacia que no quisiera nada a mi rededor. Entre a la librería y saque de mi bolsillo el pepelito con el nombre y fui buscando por toda esta aquel libro, y de repente lo vi, en una estantería al lado de lo que parecía una 3° parte de una extraña trilogía que acababa de salir, estaba el libro que la innombrable persona que me había robado el corazón tenía entre manos el día que llegué a pensar que sería el ultimo para mi. Lo cogí entre mis manos y pase las yemas de mis dedos por su tapa, lo abrí por la mitad y comencé a leer entre líneas hasta que una palabra me llamo la atención, comencé a leer lo que venía a continuación de aquella palabra tan peculiar, un calor sofocante me inundó, me puse roja casi por instinto y me avergoncé de mi misma por no parar  de leer aquellas líneas tan comprometedoras.