- Capitulo 4 -

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Hoy era mi día de descanso, como no había muchas misiones que hacer podría tirarme como máximo tres días en mi casa sin hacer nada. El único plan que tenia en estos tres días era ir esta noche a comer en Ichiruka con Óbito aunque los demás días iría sola seguramente. Aún así decidí hacer algo.
Ahora mismo me encontraba recogiendo mi pelo en una coleta alta, quede mirándome mi reflejo en el espejo. Tenía cara de niña chica para que iba a mentir, mi pelo azúl casi negro contrastaba bien con mi tez blanca, y mis facciones felinas me hacían destacar de entre las chicas de mi edad, mis ojos eran como el de los gatos, mis pupilas cambiaban como el enfoque de una cámara, se estrechaban y ensanchaban a mi antojo. Aparte de estos rasgos tenia alguna facciones más, características de mi clan ya casi extinguido. Mi hermana era igual que yo, al igual que mi padre, gracias a este clan conseguí mis ojos y mi testsu no tsume no justsu (garra de hierro) y mi madre que era pertenecedora del clan Shima me había dado el " don del tiempo" como decía ella, estaba orgullosa de mi pues la primera vez que manifesté esa técnica tenía 4 años y fue por error, mi hermana no lo había adquirido, yo era la única kunoichi de la hoja que poseía dos barreras de sangre de manera natural....
Volví a la realidad, y limpie esa lágrima que se resbalaba ahora por mis mejillas, salí de mi casa, y ya podéis empezad a aplaudirme, si utilicé la puerta, casi se me hacía raro, di una vuelta por konoha y compre flores en la floristería de los Yamanaka, me dirigí a la piedra de los héroes.
De mis padres al igual que de mi hermana no quedó nada por lo que lo mas parecido una tumba era aquella piedra.
Cuando llegué todo estaba desierto, eran las 12 de la mañana y me acababa de sentar en el suelo enfrente de la roca dejando el ramo justo en el mismo sitio de siempre.

- Hola mamá, papá y onee-chan, no se que deciros, os echo de menos.. últimamente mi vida es mas divertida, Óbito se encarga de ello, es un desastre, Minato-sensei y Kushina me cuidan bien, aunque os cuento un secreto por más que diga que soy un desastre se que me quiero aunque disimula un poco... ya no se que deciros.... ah y quería contaros lo que me ha pasado, veréis - hablé a aquella piedra como una loca contándolo todo lo que había pasado en aquella mision, omitiendo aquel estupido encuentro con Kakashi. - es estupido, me pone de los nervios .. Aaag.. y sabéis que ? Me ha llamado gatita, ¿ quién me llama gatita?

-Yo - una voz detrás de mi me saco de aquella descabellada conversación. Mierda. Kakashi se encontraba en la rama de un árbol mirándome tan jodidamente indiferente que juro por Dios que si no fuera por el shock de su repentina aparición me hubiera puesto a insultarle como una loca.

- No deberías escuchar conversaciones ajenas, ¿no crees? - dije irritada, pese a que algunos rumores sobre mi situación familiar salieron a la luz tras la muerte de cada ser querido nadie, absolutamente nadie de la Academia sabía la verdad, y ahora él si, me habia pillado y era obvio que aquellos odiosos rumores eran ciertos.

- Tu eres la que ha llegado sin siquiera notar mi presencia.. ¿y tu eres la que se encarga del rastreo y no has sabido localizar a tu compañero de equipo?

- Todavía no he desarrollado el olfato... - dije molesta

- Por si te sirve de ayuda hueles a vainilla, es agradable...- dijo Kakashi susurrando, seguramente esperaría que no lo escuchara pero a diferencia del olfato mi sentido de la audición era impecable. Eleve una ceja al oír aquel cemtario, era bastante raro, me miro y desvío su mirada al instante. Llevamos así un par de días, queríamos mirarnos pero siempre acabábamos desviando la mirada...- etto... quise decir ... que ..

- Dejalo no tiene sentido que termines esa frase - dije divertida acercándome poco a poco al árbol. - y ahora huele más a - hice mis sellos sin que el se diera cuenta el tiempo se habia parado y me subí al árbol colocándome detrás de el- vainilla - susurré en su oreja, Kakashi tembló de pies a cabeza, giro su cara y se quedó mirándome estábamos los dos cercas y Kakashi ni se inmutaba. Me fui acercando poco a poco a él. estaba rojo pero aun asi no se inmutaba, mi mano fue a parar a su máscara y hundí mi dedo en ella provocando que bajara poco a poco. Lentamente fui acercándome mas a más a el y bajando su máscara. Metí la mano en su bolsa y saque un libro. Solo quería distraerlo un poco, no os penséis otra cosa. Además quién se llegaría a creer que me gustara un robot como él, ni de lejos sólo... me estaba divirtiendo con él. Me dejé caer con los pies aun en el árbol estaba boca bajo justo debajo de Kakashi, y mi pelo me esta tapando mi campo de visión- oooh veamos que tenemos aquí, aaanda si es tu aburrido libro de normas.

Te espero en mi ventana //fanfic Kakashi// |Naruto|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora