Lo que no te dije y no supiste mirar

"He pensado en ti"

He pensado en ti, en aquel día, es difícil no hacerlo, pero ¿Cómo dejar de pensar en ella? ¿Se puede? Aún no tengo la respuesta, la veo en todo, a veces pienso que estoy loco, pero acaso ¿No es el amor cosa de locos? Esos que dan todo por otra persona, que confían a ciegas, incluso viven juntos, forman una familia, estos que desafían todo pensamiento lógico, entonces me di cuenta, todos estamos locos...todos lo estamos, sí, todos lo estamos.

Hemos amado con locura, esa locura que se ve reflejada en nuestra felicidad absoluta, en las sonrisas estúpidas, en las miradas perdidas, nuestro razonamiento, y el juicio lo tenemos cegado ante este loco amor, ya no hay duda, tal vez nunca la hubo, estoy loco por ella, y nadie más que ella.

Tu ser ha ocupado todo mi pensamiento, he pensado en el dulce sonido que se emite cuando hablas, he pensado en como todo se ilumina al escucharte cantar, esa imagen de ti bailando... no sale de mi cabeza, y esa vez que reíste por primera vez con uno de mis chistes. Sí, no he dejado de pensar en ti desde aquel glorioso día que nuestros caminos se cruzaron.

Esta soledad asesina invade mi cuerpo, no me gusta sentirme así, porque no te puedo tener, no ahora, y tal vez nunca, lo intenté, me di cuenta que no era el momento, no estaba listo para alguien como tú.

Sí, puede que tengan razón, tal vez fui un cobarde al no acercarme ni un centímetro a tu belleza, un tonto al dejarte ir, y un ingenuo al creer que podía vivir sin ti... pero ni antes ni ahora he dejado de pensar en ti, porque se trató de ti, se trata de ti, y siempre absolutamente siempre se tratará de ti.

Perdón por no ser el hombre que creíste, perdón por mi falta de convicción, perdón por no amarte como tal vez lo pudiste hacer por mí, pero... ¿será tarde? No lo sabré, por lo menos eso no, pero sí sé algo, quiero tenerte como me tienes, quiero tomarte de la mano, quiero pasar un día entero contigo, quiero ver el mundo con tus ojos, y que tú lo veas con los míos.

"Quiero, quiero, quiero, quiero" maldito capricho, todo se trata de querer, porque te quiero conmigo, y sin embargo, todo esto me lo trago por la maldita cobardía que detiene mi voluntad de decirte lo que hoy quiero decirte, de todo lo que siempre he sentido, solo contigo; y todo esto queda como un nudo en mi garganta, me raspa, me duele, me consume, se alimenta de mi miedo, por más que quiero decírtelo, no puedo... no puedo.

Me encuentro en el profundo desierto donde no me pertenece nada, absolutamente nada; tú eres lo que más quiero; eres mi vida, mi cuerpo, mi mundo, eres mi todo, y te estoy perdiendo sin siquiera haber luchado por ti, lo único que me queda es esté pedazo de papel, a él le cuento todo, él sabe mis secretos, él mi acompañante, mi mejor amigo, mi confidente, él sabe todo de ti, si hay un testigo del profundo amor que te tengo, es sencillamente él.

Sabe todo lo que me gustaría decirte, sabe que escucho tu dulce voz en mis tiempos de desesperación, que te pienso en mis noches turbulentas, que te sueño despierto, que te veo donde nadie más te ve, porque te amo como nadie más lo hace.

Estas noches sombrías donde nadie me ve, donde soy vulnerable, son las que me hacen tenerte presente otra vez, las voces de mi mente dicen que aún te tengo en mi corazón, que aún te amo, aún te extraño. No te saco de mi mente, no te saco de mi alma, no te saco de mi vida, es mejor tenerte a perderte, es mejor ser feliz contigo que sin ti.

Estoy aferrado a ti, a un sueño, a un futuro que probablemente no ocurra, pero me siento alegre al creer que sí puede ser verdad. Aferrado a un momento en el que fuimos una sola sombra ante la luz, una voz única ante Dios, una vez que fuimos todo. Te recuerdo, te pienso por esta y muchas cosas más, escribo esto porque estoy cansado de mentir al decir que no te extraño todo el tiempo, no puedo dejar de pensar en ti, y no quiero dejar de pensar en ti.