-Crack- se escuchó el crujir de una silla, Francesco levanto la mirada, McQueen ahora se encontraba parado viéndolo con una expresión vacía y escalofriante, Francesco se impactó al verlo así, quiso hablar, no pudo, McQueen se adelantó a él diciendo.
- No, no es necesario, gracias por todo Francesco - dijo con tono automático y neutro, casi robótico, sin expresión alguna; y dicho esto se dirigió a la salida.
- ...... - solo hubo silencio de parte del mayor, Francesco seguía con la mirada clavada en la mesa y una expresión de horror y arrepentimiento.
- McQue... - dijo por fin el castaño mientras volteaba hacia la puerta, el ya no estaba.
Francesco regreso la mirada hacia la mesa, "lo eh perdido" pensó resignado y con tristeza.
Pasaron las horas para ambos corredores, Francesco seguía sentado en aquella mesa, con la cabeza hecha un lio y unas secas lágrimas en sus mejillas, mientras que McQueen se preparaba para su carrera, aun perdido, aun dolido.
35 minutos, pasaron 35 minutos de las 5 de la tarde, sonó un celular en la habitación.
- Hola - contesto Francesco sin ningún ánimo.
- Francesco, soy Mate - dijo con desesperación la persona al otro lado de la línea.
- ¿Qué pasa Mate? - contesto aun si interés Francesco.
- Es McQueen – confeso directo el amigo del rubio.
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