Como había dicho la mujer de cabello rizado y castaño, Charlie había desaparecido de la faz del humedal tras la tarta.
Eso me ha cabreado. No sé qué se cree para conocerme, llevarme a Inglaterra, cambiarme de colegio y dejarme con su familia como si yo les conociese de toda la vida.
En la habitación todavía no hay nadie. Y doy gracias por ello. Cojo un pergamino y mi pluma correctora de faltas de ortografía y comienzo a escribir.
Martín debe saber que ya no estoy en Rusia, ni en Rumania. Y que tardaré en volver. Que le echo de menos y que les veré a él y a Tina antes de que acabe el verano.
Cuando salgo a buscar una lechuza que me puedan prestar, me encuentro con una chica pelirroja, de la que no me había percatado de momento. La chica tiene diez u once años según mi ojo.
- Hola.- le digo y ella me sonríe.
- Sabía que a pesar de tu acento eras simpática.- me contesta.- Soy Lily.- dice dándome la mano.
- Hola, Lily, ¿sabes si puedo usar una lechuza? Tengo que enviar una carta.- le pido.
- Puedes usar la de James, no creo que se entere siquiera. Ven, vamos a buscar a Flecha.- dice cogiendo mi mano y arrastrándome escaleras arriba.
Cuando llegamos al octavo y último piso, entramos en una de las habitaciones y la chica se asoma por la ventana mientras yo inspecciono la desorganizada habitación. Hay ropa por todas partes, ropa que no debería ver cualquiera.
- Aquí está.- dice la chica y le dio la carta.
Le ata la carta a la pata y echa a volar a la lechuza.
- Están jugando al Quiddich, ¿bajas?- me pregunta Lily.
Sorprendentemente recuerdo su nombre.
- Si.- digo entusiasmada y corremos escaleras abajo.
Estoy empezando a perderle el miedo a que la casa de me caiga encima.
Cuando llegamos al jardín, o más bien, descampado, todo el mundo, excepto los abuelos, están jugando al Quiddich.
Veo a Harry a Ginny separarse como capitanes de los equipos enfrentados y miro a Lily que me señala el escobero. Corro a por una escoba, la mía se me había olvidado en la habitación.
Subo rápidamente a donde todos se encuentran y pido jugar. Algunos me miran sorprendidos pero aún así puedo jugar, así seríamos pares, ya que Charlie no está.
Me toca en el equipo de Ginny. Se puede decir que estoy viviendo un sueño.
Me pido ser guardiana, pero el padre de Victoire se queda el puesto porque es más mayor y no quiere arriesgarse a caerse de la escoba.
Realmente no somos siete jugadores por equipo, más o menos somos unos diez u once, así que la mayoría nos toca ser cazadores porque tampoco hay buldgers.
El partido estuvo realmente bien, me lo pasé genial. Ni siquiera me doy cuenta de que ha anochecido ni que el partido ha acabado porque quiero más.
- Dios, necesitáis todos una ducha.- dijo Victoire mirando a sus primos de mi edad y estos le dan un abrazo.- Oléis maaaaaal, paraaaaad.- se queja ella y ellos la sueltan riéndose.
Tardo bastante en la cola para el baño, había como seis primos por delante mía. Entre ellos, la chica del pelo de fuego, que comienza una conversación conmigo.
- Juegas bien, Pópov.- me dijo sonriendo.
- Llevo jugado tres años, y en un equipo de chicos, es duro.- le digo y ella sonríe orgullosa.
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La hija de Charlie [PAUSADA]
FanfictionCharlie dedica su vida a la crianza y protección de dragones. Sin familia, sin mujer, sin hijos... Sin preocupaciones. Un buen día, camino al un reencuentro con sus hermanos y cuñadas, una chica aparece en la puerta de su casa con una carta de sob...