El tren

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Cuando despierto, ni Molly ni la chica del pelo de fuego están en la habitación. Decido bajar a buscar a Charlie. Quiero saber la razón por la que ha llegado tan tarde.

Para mi suerte esta desayunando en la mesa de la cocina con uno de sus hermanos, ya no recuerdo cuál. Me siento frente a ellos y les saludó. La abuela Molly, antes de que me hablen me da un beso de buenos días y me planta un plato de tostadas enfrente.

- ¿Dónde estabas?- le pregunto a Charlie cuando su hermano se marcha escaleras arriba.

- En Hogwarts hablando con McGonagall y luego fuimos al ministerio. Ya está hecho el cambio.- me anuncia feliz aunque yo estaba algo cabizbaja.- Te adaptarás bien. Rachel dice en su carta que sabes adaptarte.

- Ya bueno. Es que voy a echar de menos a la gente. ¿Entiendes?- le digo.

- Ya bueno, tendrás esa despedida como te prometí.

Pero esa despedida nunca llegó a realizarse. Hemos pasado todo lo que restaba de verano en La Madriguera con los padres de Charlie y a veces había algún que otro sobrino suyo por allí. Charlie me llevó a ver el callejón Diagon, pero yo ya había estado allí varias veces para comprar cosas y sacar dinero de mi cámara.

Fuimos a la tienda de túnicas para comprar los uniformes y eso me entristeció. Pero lo peor fue que no me habían vuelto a escribir. Ni Tina ni Martin ni los dos juntos. Victorie me dijo un día que si ellos no se habían preocupado por mi que dejase de preocuparme yo.

Mañana ya a Hogwarts y sigo sin tener un carta de ninguno de los dos. Con lo que me costó todo y ahora se esfuma como si no me hubiese esforzado nada...

La abuela Molly está haciendo una tarta de despedida y eso me alegra un poco, y que Arthur me hable entusiasmado sobre Google también. Por lo menos ellos intentan animarme y que Charlie juegue conmigo al quiddich también ayuda. Él también fue guardían.

A mitad del partidillo que teníamos Charlie y yo, la abuela saca la cabeza por la ventana de la cocina y nos llama a la merienda.

- Te vamos a echar de menos.- me dice haciendo que me sonroje entera, hasta mi pelo. Y ella sonríe.- Estoy segura que de que serás la mejor de tu casa.

- Mamá tienes más nietos.- le dice Charlie.

- Pero ella va a ser la mejor.- le dice ella.- Bueno, vamos a comernos este pastel.

- Ya era hora, mujer.- le dice el abuelo Arthur.

Comemos un trozo de tarta cada una. Esta deliciosa, me encanta la tarta de zanahoria. Arthur intenta repetir pero la abuela se lo impide diciendo que va a engordar mucho y lleva la tarta a "un lugar seguro".

Me voy a la cama temprano e intento dormir sin mucho éxito en mi tarea. Hasta que a las tres y media por fin caigo y comienzo a soñar. En el sueño, Charlie no existe y mamá sigue viva y y continuo en Dumstrang. Me despierto a las siete algo asustada. Solo ha sido un sueño y pareció algo muy real.

Me levanto y me visto con la ropa que dejé preparada ayer, unos vaqueros y una camiseta de mangas cortas de mi equipo favorito. Me calzo mis zapatillas y bajo a desayunar los huevos revueltos de la abuela Molly que antes de que salga por la puerta con Charlie me ahoga a besos.

Charlie me lleva hasta un coche encantado que nos llevará a la estación de trenes de Londres. La estación está abarrotada de lentos y torpes muggles cogiendo sus trenes para el primer día de trabajo y escuela. Yo estoy desesperada y nerviosa por el atasco. Finalmente Charlie se para detrás de otro chico con carrito entre dos andenes. No sé qué demonios estamos esperando frente a la pared. El chico coge carrerilla, dirección a la pared y cuando llega a ésta, se lo traga. El andén debe estar tras la pared, oculta de los muggles curiosos. Charlie me pone una mano en el hombro, indicándome que vaya yo primera.

La hija de Charlie [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora