Prólogo

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Para empezar, me gustaría que conocieran un poco del pasado de Venezuela, se hablará un poco de términos generales de economía, pero después de este pequeño prólogo todo será menos aburrido.

Era un país agro-productor, con una economía diversificada en el primer sector de la economía, exportadora por excelencia de café, cacao y otros rubros que actualmente fueron destruidos. En 1960, la nación poseía un PIB 60% por encima del de Estados Unidos, y era un paraíso para los inversionistas e inmigrantes que deseaban una vida mejor. Era conocido por ser una economía emergente, un sueño latinoamericano, lo mejor de lo mejor. Eso era Venezuela.

Las desgracias de Venezuela no empezaron desde el inicio de la 5ta república (gobierno que fue llamado así por el difunto presidente Hugo Rafael Chávez Frías), sino desde hace mucho tiempo atrás. Por supuesto, no había nacido, pero me he documentado para saber que Venezuela viene empeorando desde el conocimiento de su abundancia petrolera. Desde el momento en 1817 en que se conoció los grandes yacimientos de petróleo, e inició el éxodo campesino, la nación cambió por completo.

La avaricia, egoísmo y ansias de poder, llenaron el corazón del venezolano, sentimientos que envenenan y pudren hasta la última célula del cuerpo humano. Comenzó entonces un proceso revolucionario, un cambio que repercutiría en el futuro de manera exponencial. Con este petróleo, Venezuela pasó a ser un país explotador del petróleo y sus riquezas incrementaron inmensamente. No pasó mucho tiempo para que se observaran los efectos del combustible fósil, (mayores inversiones, incremento en la calidad de vida, mayor cantidad de inmigrantes, mayores exportaciones, en fin, desarrollo y crecimiento económico). Pero algo sucedió.

Normalmente, cuando un país descubre materia prima que puede ser explotada y obtener beneficios de ella, se especializa o busca especializarse para poder reducir costos y generar mayores beneficios, sin descuidar los otros rubros que le permitieron llegar a ese punto de quiebre. Se hizo todo lo contrario aquí, debido a los mayores ingresos del petróleo, se descuidó el sector agrícola a tal punto que ya hoy no existe para sustentar a la población. El país se volvió mono-productor de petróleo y exportador del mismo, ocasionando que hoy por hoy, se importen el 90 % de todos lo consumido por mis compatriotas venezolanos, un control de cambio conocido por ser el más estricto del planeta, más muertes que en la guerra de siria, desnutrición, desempleo de más del 10 % de la población, reservas internacionales en números rojos, 9 años consecutivos de déficit en la balanza de pagos e inflación de 720 % con proyecciones de 2200 % para el 2017.

Entonces, ¿cómo podemos vivir los venezolanos? Cualquier persona leyendo estas condiciones económicas podría pensar que este país es literalmente una jungla y que no tenemos tecnología, pero como podrán ver, estoy escribiendo esto.

No espero que con esta información logre cambiar la mentalidad del venezolano, que es lo que tanto nos afecta, sino crear la duda. Evidenciar que pudimos haberlo hecho mejor. Y lo más importante, es que todavía estamos a tiempo.

Crónicas de un país en decadenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora