Leandro.

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Mi madre me arrastró a la cena de celebración de navidad en casa de esa amiga suya con aquel hijo que tal vez sería mi futuro esposo.

Mi madre mandó a las señoritas que le ayudaban con la casa a vestirme, me negué rotundamente y me puse un sencillo vestido, unos guantes a juego y me arreglaron un poco el cabello.

Llegamos del brazo de mi padre y enseguida hizo acto de presencia el joven hombre que unirían a mi, una joven que no lo ama y el siendo tan real, y en cambio, ama aquellos ojos café número tres de su estuche de pinturas.

Marc era simpático y muy guapo, me aguantaba a pesar de mis desplantes, lo vi y pude notar un parecido entre el y mis cuadros de debajo de la cama, pasamos juntos un par de horas hasta que a lo lejos, en el jardín donde estábamos, vi a un hombre, era alto, diría yo que medía 1.90, traía puesto un traje como el de Marc, hasta el color era el mismo, sobre este tenía puesto un abrigo que lo hacía lucir diferente a todos los que estaban en esa fiesta, pero lo que atrajo mi atención, fue su largo y negro cabello, llegaba por debajo de sus hombros y se partía en dos.

Lo mire por mucho tiempo, hasta que Marc lo noto, -es mi hermano Leandro- dijo el mirándolo -vamos, te presentaré-

Noté molestia en su voz pero, poco me importó, quería verle de cerca.

Y, ahí estaba, era ese café tan hermoso que me quitó el sueño por poco menos de un año, era el hombre que estuvo en mis sueños y mis madrugadas, en mis tardes de vino sentada en el piso del jardín o del estudio, era el, el hombre del que me había enamorado a rabiar.

Y entonces, sucedio algo que jamás esperé que pasará, - Marc, hola- saludo Leandro con una voz que me estremeció.

-Leandro hermano, te presentó a la señorita Camil Can..-

Soy sólo Mila,dije interrumpiendo a Marc y sonriendo a Leandro.

El tomo mi mano y la beso con sus suaves labios-mucho gusto Mila, soy Leandro- dijo congelando el momento el no soltó mi mano y yo no la retire, sólo nos miramos a los ojos, no podía creer que por fin tenia ese bello color frente a mi realmente, olvide a Marc hasta que hablo.

-Mila es mi prometida- no podía creer lo que escuche, eso era mentira, jamás nos comprometimos a pesar de la insistencia de nuestras madres, según sabías tampoco quería.

-felicidades a los dos, es una mujer hermosa hermano, cuidala-
-lo haré- dijo el aludido molesto.

Le pregunté por que mintió y el sólo me miró de mala manera un par de segundos y después se aferró a mi cintura y me besó, lo empuje de pecho y golpee su mejilla, tal vez reaccione muy mal, pero el nos estaba viendo y no quería que pensará que estaba con su hermano.

Amor al Arte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora