Ese día, mi fatídico día.

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Y ahí estaba, el siguiente invierno, usando con un vestido blanco y las joyas que Leandro envió como regalo de bodas para la novia.

Nuestro compromiso duro un verano y un otoño, tarde toda una primavera en decirle que si a Marc, y esta noche de invierno, cerraría los ojos como la señora Camil de... no sería Mila de nuevo, "se escucha mal que llamen así a una señora de clase alta como yo", mi madre es feliz y mi padre dice creer que soy feliz, aún que sabemos que no, esa mañana mi padre tocó a mi puerta y me entregó un sobre, me besó la frente y se marchó a su habitación con un té amo saliendo de sus labios, el día de hoy, lamentó decir que me hubiera gustado abrir el sobre y no postergarlo uno o dos días.

Nos casariamos en el jardín de mi casa, tenía una vista hermosa al atardecer, y si me casaría aún que no lo deseará, tenía al menos que gustarme.

Unos minutos antes de la hora, Marc pidió verme, había entrado a mi estudio y vio el sobre de mi padre, las pinturas las deseché al mes de que Leandro se fuera, (aún guardaba las de debajo de la cama), -abrelo, te dare un par de minutos y hablaremos-  me dijo al verme entrar.

Marc se veía muy guapo y a pesar de todo, había aprendido a quererlo de verdad, pero amaba a Leandro, al menos al Leandro que me inventé, al real jamás llegue a conocerle.

Dentro del sobre de mi padre, estaba un sobre más con dinero, mucho diría yo, una llave y una dirección, al verlo Marc lo entendió enseguida    -te está dando un pase lejos de mi, de esta vida y de la falsa felicidad, tomalo Mila- me besó y salió de mi estudio.

Y treinta minutos más tarde, ahí estaba yo haciendo rabiar a mi madre, parada en "el altar" esperando por Marc, no podía dejarlo, no podía dejar todo por un falso amor.

-no aceptó- fue su respuesta ante el obispo que nos casaba esa noche.-te amo Mila- me tomó de la mano y salimos de ahí, dejando atrás lo que pudo ser mi vida perfecta y feliz, no digo que por un tiempo futuro mi vida no fuese así, pero aquel día, sólo quedo de mi, lo que el otoño deja de los árboles.

-te amo Mila- me tomó de la mano y salimos de ahí, dejando atrás lo que pudo ser mi vida perfecta y feliz, no digo que por un tiempo futuro mi vida no fuese así, pero aquel día, sólo quedo de mi, lo que el otoño deja de los árboles

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