Una mueca estaba impresa en el rostro del rubio, tanto por el fuerte y algo dulce olor que soltaba el frasco que sostenía, como la imagen que tenía frente a él. Jugnkook estaba sentado con las piernas cruzadas cual indio paciente, mientras Yoongi le frotaba suavemente una bola de algodón en el labio.
Yoongi estaba tan sorprendido como decepcionado y molesto; estaba fascinado por la forma en la que Jungkook, a pesar de no tener carne en sí, simulaba tener heridas abiertas en lugares donde eran golpeados, liberando un pequeño hilo rojo de un líquido que expulsaba su cuerpo. Parecía realmente un humano, y eso era increíble.
Pero por otro lado, estaba furioso con quién sabe quién. Había hallado a Jungkook observando la vitrina del instituto en donde presumían su perfecta colección de trofeos, medallas y copas que el equipo había ganado; pero ese no era el problema, sino que lo había encontrado con una herida en el labio y un casi imperceptible moretón en el pómulo izquierdo.
Alguien le había golpeado, habían agredido a algo -porque aunque no quisiera admitirlo del todo, era eso, algo y no alguien- que él se había esforzado en pagar y ahora también debía ocuparse de su restauración. Y lo peor es que, por los pequeños raspones en los nudillos del castaño, podía notarse que había intentado defenderse del ataque.
-¿Seguro que no quieres decirme quién te golpeó? -habló Yoongi, intentando mantener la calma, mientras tomaba otro algodón limpio y lo remojaba con el líquido de aquel frasco extraño que había venido junto con el robot.
-No, no quiero que intentes hacerles algo y terminen golpeándote también a ti -frunció levemente el ceño.
Yoongi suspiró y no volvió a preguntárselo, porque sabía que tenía razón. Se conocía lo suficiente como para saber que era alguien muy impulsivo, y que iría a los golpes con aquellas personas sin dudarlo ni un segundo, aún sabiendo que no tendría oportunidad de ganarle.
Un pequeño jadeo que salió de los labios del castaño le hizo volver a la realidad, haciéndole parpadear un par de veces y observar a Jungkook algo confundido, quien llevó una mano a la herida de su labio y soltó una risilla.
-¿Te duele? -preguntó sorprendido el ojimarrón, no tenía idea que el robot pudiera sentir una sensación tan propia como el dolor.
-Siento algo parecido al dolor, no es dolor exactamente pero... es algo irritante -se encogió de hombros, sin mucho interés al hablar de ello.
-¡Me lo hubieras dicho! -le dio un pequeño golpe en la cabeza, molesto- Te he estado pasando esto que arde como el demonio por el labio sin cuidado, pensé que no sentías nada -suspiró pesadamente, oyendo las risillas del contrario.
-No es una sensación que me moleste, ¿sabes?
«Genial, un robot masoquista» pensó, girando los ojos.
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cien días para estar contigo.
Fanfictionyoonkook : ¿por que aferrarse a algo si sabes que pronto lo perderás? adaptación, todos los créditos a sus respectivos autores. ©