Fragmento de "Detrás de escena"
2015-¿Quieres que te lea un cuento para que duermas?- dijo ella luego de darme mis medicamentos para el dolor. Asentí con la cabeza y le tendí un pequeño libro blanco.
Le hice un espacio en la cama y ella se recostó a mi lado. Su voz endulzó mis oídos cuando comenzó a leer en voz alta. No podía dejar de verla. Toda ella era preciosa. En un momento quise enterrar mi mano en su cabello y besarla, hacer que recostara su cabeza sobre mi pecho, demostrarle lo mucho que la amaba... pero me abstuve, no era el momento correcto. Ya no podía concentrarme en las palabras, ni en nada a mi alrededor. Solo podía escuchar el dulce sonido de su voz. Me cubrí con la manta y quise seguir despierto solo para admirarla unos segundos más, pero el cansancio me venció y me rendí ante el sueño.
Desperté en la mañana, ella seguía a mi lado. En su mano aún sostenía el libro, el cual posteriormente guardé en la mesa de luz. Acaricié débilmente su brazo, entrelacé mi mano con la suya y arrimé mi cuerpo al de ella de modo que nuestras piernas se rozaban. Parte de mi quería que abriera sus ojos y nos encontrara de esa manera. Sonreí ante el pensamiento, tuve que morder mi labio antes que se escapara un "te amo". Yací allí, contemplando su angelical rostro dormido, imaginando como sería unir nuestros labios y nuestros latidos. Observé como lentamente abría sus ojos.
-Buenos días- dijo adormilada.
-Buenos días- respondí- ¿dormiste bien?
-Si, supongo que me quedé dormida mientras leía. ¿Tienes hambre?
-Estoy famélico.
-Entonces prepararé algo.
-Espera. Ayúdame a levantarme.
-Pero estás enfermo...
-Hoy me siento mejor- dije interrumpiéndola- por favor.
-Está bien. Ven aquí.
Me ayudó a vestirme. Cuando llegamos a la sala de estar me senté en el sofá y ella fue a la cocina a preparar el desayuno. En cuanto desapareció por la puerta, el pequeño Daniel salió de su habitación.
-¡Papá! ¡Estás mejor! -dijo mientras corría a abrazarme.
-¡Buenos días, campeón! -dije cuando lo tuve en brazos.
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Producto de mis hábitos
De Todo"Hábitos, uno. Yo, cero. Ciertamente los hábitos, esos que no me dejan terminar aquello que empiezo, me han superado por mucho tiempo. Pero ya es hora de cambiar y luchar contra mi perezosa naturaleza. Mi gran paso: subir mis ideas a Wattpad. Hábito...