– ¿Qué quiere mi princesa de comer? - Le habló Rubén mientras le veía recostada en el sofá mirando televisión - Nada.. Por ahora - Se acomodó mientras Rubén bufaba.
Tara no estaba comiendo mucho, quizá la típica etapa de los adolescentes por dejar de comer.
Y a Rubén le enfurecía mucho, a tal punto que no dudó en apagarle la televisión a Tara y retarle.
– Tienes que comer algo - Dijo rojo por la ira - No tengo hambre - Respondió como si nada - ¡Maldición Tara! ¿Qué cojones te pasa? ¡Tienes que comer, joder!
Se arrepintió completamente al ver la asustada cara de Tara que avisaba que pronto se le caería una lágrima.
– Lo siento, de verdad yo no quería decir eso - Intentó acariciar su mejilla pero Tara se paró de inmediato.
Rubén le tomó del brazo y la sentó en su regazo.
(Eso rimó)La abrazó fuertemente mientras oía los sollozos de Tara en su oído.
Nunca antes alguien le había gritado de tal manera.
Tara de abrazó fuertemente a Rubén.
Tal vez aquel dicho de que las personas que nos hacen felices son las que más nos hacen daño era verdad.
Pero Rubén sólo le hacía daño, se había olvidado de la felicidad.
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Hola,
Tengo pensado hacer un maratón, porque... ¡Hemos llegado a los 400!
Gracias, la verdad nunca tenía pensado en publicar esta novela ya que hay muchísimas y mucho menos pensé que os vaya a gustar.Saludos🌌