Encuentros

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MC se despertó temprano al día siguiente. Se preparó un desayuno rico en proteínas, para contar con la energía necesaria para el entrenamiento. Después, pasó un tiempo sentada en la cama, pensativa.

Pese a lo que venía a continuación la atemorizaba, sabía que no podía quedarse allí todo el día. Así que se armó de valor, se cambió, preparó su equipo y marchó hacia la pista de patinaje, dispuesta a conocer a sus nuevos compañeros.

Cuando entró, se sorprendió al ver que el lugar estaba vacío, pero antes de que pudiera buscar a alguien a quien preguntar, escuchó gritos provenientes de lo que parecía ser los vestuarios.

-¡Te digo que no puedes traer a esa bola de pelo aquí!-dijo una voz

-Elizabeth Tercera NO es una ''bola de pelo'' cualquiera.-dijo alguien de voz grave.

-Eres un...a...¡achís! ¿Ves? ¡Sólo de pensar en gatos ya sufro de la alergia.

-Es tu culpa por ser intolerante.

-¡Tengo ALERGIA!

-Eh...disculpad...-les interrumpió, entrando en la habitación.

Entonces, dos hombres se giraron hacia ella.

Uno de ellos era, sin lugar a dudas, una de las personas más agraciadas que había visto en su vida. Tenía una larga melena blanca sujeta en una coleta. Sus ojos eran de un rojo brillante y su piel era muy blanca. Se preguntó si sería albino.

El otro hombre, tenía un aura especial. Vestía un traje negro de entrenar, a juego con su pelo. Su mirada era profunda y su porte, extremadamente elegante. Parecía alguien muy seguro de sí mismo.

-¿Qué haces en el vestuario de hombres?-le dijo este último. Su tono la hizo sentirse terriblemente avergonzada.

Se asomó discretamente y puedo distinguir el letrero que decía ''VESTUARIO MASCULINO''. Se sonrojó de inmediato.

-Lo siento, yo...es que...

-Perdónale, es un idiota engreído. Todo el mundo puede cometer errores-dijo el hombre de pelo blanco.

Entonces se acercó a ella. De alguna forma, sólo su forma de moverse resultaba atractiva. Apoyó una mano en la pared y se puso a su altura. Su mirada resultaba penetrante y seductora.

-Hola, me llamo Zen. Encantado de conocerte.-dijo, con voz sensual.-¿Te encuentras en apuros? ¿O eres quizá una de mis
-Eso es lo último que necesitamos -gruñó desde el vestuario el hombre moreno.

MC miró a Zen durante unos instantes, sin reflejar ninguna emoción. Después hizo lo mismo con el hombre moreno.

Suficiente.

-Disculpad.-dijo con voz cortante.-Ya me iba.

El tal Zen le dijo algo en tono suplicante y el otro hombre murmuró algo con tono malhumorado.

''Y nada más llegar, me encuentro con dos tipos raros.''

Justo en ese instante, estuvo a punto de chocar con alguien que venía corriendo hacia ella en dirección contraria.

-¡¡Llego tarde otra vez!!-murmuró el chico. A MC le sonaba.

Lo siguiente que pasó fue todavía más extraño. Cuando llegó de nuevo al hall, vio entrar a una mujer de aspecto elegante y formal, que llevaba en brazos un gato persa. Su expresión era terriblemente avinagrada.

MC la observó con discreción mientras entraba por donde ella misma había venido.

Como V no le había dado instrucciones precisas de cómo o dónde se iban a reunir, la chica intentó ponerse en contacto con él. Pero su entrenador no respondió.

Pese a todo, MC no tuvo un respiro.

-¡Hey, MC!-dijo una voz totalmente desconocida.

Antes ella, tenía un chico pelirrojo con gafas. Tenía unos brillantes y alegres ojos color ámbar. Llevaba un extrañísimo traje de entrenamiento, negro y amarillo, con unas mallas de estampado de leopardo.

-¿Te conozco?

El chico ignoró su pregunta.

-Has llegado pronto. V me dijo que estarías aquí. Veo que ya vienes preparada.-dijo, mirando su vestimenta.-Bien, vayamos con los demás-dijo

Y sin darle tiempo a preguntar, le llevó del brazo hasta la pista.

Allí estaban, única y casualmente, las cuatro personas con las que se había cruzado hacía apenas media hora.

-¿Has conocido ya al resto?

-Estooo...¿no?

-Bien, bien.-dijo, con voz cantarina-Ha llegado la hora de que nos volvamos ninjas.-dijo, y se agachó, arrastrando a MC.

Observaron desde lejos al resto de personas presentes. Parecían estar discutiendo por algo.

-Pobre Yoosung, parece que no puede ni hacer los estiramientos. Habrá pasado otra noche jugando al LOLOL. Se esfuerza bastante, pero aún la falta para llegar a la cima.

MC observó al chico rubio con el que ya se había cruzado dos veces. Era cierto que parecía estar cansado. Estaba sentado en las gradas, y se frotaba los ojos cada dos por tres.

-Y ese de allí, es Jumin. Supongo que habrás oído hablar de él.

-¿¡Jumin Han!?-exclamó MC.

-SHHHH. Recuerda que ahora estamos en Ninja Mode. Sí, es el famoso Jumin Han, que quedó tercero en el Grand Prix. Por si te interesa, es hijo del dueño de una importante empresa, y en temporada baja, la dirige junto a su padre.-entonces, murmuró aún más bajo- Hay quien dice que en realidad es un androide creado por esa misma empresa.

-¿Quién dice eso?-dijo MC, escéptica

-Pueees...mucha gente IMPORTANTE.

-¿Cómo quién?

- La Asociación de Sucesos Conspirativos.

-No creo que eso exista.

-Oh...-dijo Seven, entristecido. MC estuvo a punto de sentir pena, cuando el pelirrojo rio- Bueno, puede que me hayas descubierto.

Se oyeron más gritos.

-Oh, y ese caballero taaan apuesto es Zen, patinador estrella de día, narcisista a todas horas. Tiene un montón de fans. Y esa de allí, la que sostiene un...un momento...

Los ojos del chico se abrieron como platos.

-¡ELLY!

El chico fue a gatas entre las gradas hasta llegar al otro lado de la pista. MC se acercó, con el ceño fruncido.

Entonces, una mano se posó en su hombro.

-Perdona por no contestar a tu llamada.-dijo V.-¿Ha pasado algo?-añadió, al ver su expresión.

-Oh, no, nada...-dijo MC, con cierto retintín.

-Está bien-dijo su entrenador. A MC no le pareció un hombre muy empático.- Ven, vayamos a que te conozca el resto del equipo.

R.F.A. On IceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora