1.- Prólogo

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Era de madrugada en el mar cuando una joven admiraba las estrellas en la perfecta oscuridad desde su navío. El reiterado insomnio que la había llevado a la cubierta una noche más comenzaba a ser una molestia, ya que, si no era por eso, era porque cierta criatura que llevaba en su vientre no la dejaba dormir. Por suerte, acabaría pronto la sensación de que alguien bailaba continuamente en su interior, debido a que le faltaban pocas semanas para que el embarazo llegase a término. Sin embargo, eso tampoco le aliviaba mucho, porque también volverían aquellas noches de desvelo a causa de los llantos y todos los cuidados que requieren los bebés en un inicio. Ya sabía cómo era el tema, puesto que, este sería su segundo hijo. Lo único que le hacía sentir aliviada era que esta vez, no tendría que hacerlo todo sola, porque tenía al padre y a todos sus nakamas para ayudarle en lo que fuera.

A pesar de eso, no podía evitar recordar cómo se sintió en aquel tiempo cuando fueron separados por dos años: sola e impotente. Estaba claro que las hormonas del embarazo no ayudaban a despejar su mente, es más, sólo le aturdían con recuerdos del pasado. Sin embargo, eso no era todo. A raíz de esto, había un tema en particular relacionado con aquellos días que no la dejaba en paz y un factor que predisponía el melancólico humor en la navegante: una nueva pelea con su querido espadachín.

Sumida en aquellos pensamientos, no se percató de que ya no se encontraba sola en la cubierta, repentinamente, la voz chillona de su capitán interrumpió la calma nocturna.


- ¿Tienes idea de qué hora es?

- Tarde, supongo...- Cambia el foco de atención- ¿Qué haces tú despierto?

- Me toca la guardia, tú me asignaste ¿se te olvidó? -Hace una pausa- Oye... ¿No deberías estar durmiendo? -Reprende

- Ojalá pudiera -Suspira

- ¿Por qué lo dices?

- Esta cosa -Señala su vientre- se estaba moviendo mucho y no se calmó hasta que me quedé un rato aquí

- Si ya no está molestando, ¿por qué no te vas a dormir?

- Se me espantó el sueño – se encoge de hombros

- Mmmm... -Se queda pensativo- has estado rara... ¿todo bien?

- Sí, claro... -Miente sin muchos ánimos y para ocultarlo, cambia el tema- Oye, ¿tienes hambre? -Sonríe

- ¿Cuándo no? Shishishi -Se ríe

- Ven, vamos a la cocina


Una vez ahí, le ofrece el objeto más peligroso que podría caer en las manos del pelinegro: La llave del refrigerador. Ella tenía la llave en su poder gracias al cocinero, ya que en cualquier momento le podían dar antojos. Luffy era el más feliz saqueando aquel electrodoméstico, sin embargo, la "Sección de Nami" la tenía prohibida, e increíblemente, había sido bastante responsable al respecto.


- ¿Tú quiedesh algo? – Ya se había echado comida a la boca y eso es lo más considerado que podía ser, ya que planeaba sacar casi toda la comida de una vez

- Un postre de chocolate

- Ok... -Traga y coge el resto de las cosas para llevarlas a la mesa- ¿Por qué tú tienes postres de chocolate y yo no?

- Soy especial

- ¿Me das uno?

- No, debería quedar uno solo y me lo comeré después. Entrégame la llave.

- Toma, Laboon -Se la pasa de mala gana- eres una...- lo interrumpe un puñetazo- ¿Po...por qué...? -pregunta medio inconsciente

- ¡TE HE DICHO QUE NO ME DIGAS LABOON! -Le grita con cara endemoniada

Resistance: NamiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora